XALAPA, VER.- Cada 7 de diciembre, cientos de velas pequeñas adornan los parques, calles, callejones y viviendas de varios municipios del estado de Veracruz, especialmente en Tuxpan, para iluminar, de manera simbólica, el camino del Niño Perdido, ¿sabes de qué se trata esta tradición y creencia? Aquí te contamos.
De acuerdo con los datos históricos, cada 7 de diciembre, las familias de Tuxpan y en otros municipios del norte de la entidad veracruzana, como Poza Rica, Papantla, Álamo Temapache, Gutiérrez Zamora, Martínez de la Torre, entre otros, así como del la zona centro, donde se ubica la capital, Xalapa, forman un camino de velas a las 19:00 horas, año con año.
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Se dice que en el siglo XVIII, el fraile Junípero de Serra, al encontrarse en el norte de Veracruz, específicamente en Tuxpan, buscó la manera de unir a los habitantes de la región y transmitir un mensaje religioso, por lo que usó esta historia para crear una tradición que se ha venido replicando desde entonces.
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La tradición se basa en un pasaje bíblico del Evangelio San Lucas, cuando Jesús, siendo niño, se perdió en Jerusalén y cuando sus padres, José y María, se percataron, regresaron a buscarlo y él se encontraba sentado en el templo.
“Los padres de Jesús subían todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, fueron allá según era la costumbre. Terminada la fiesta, emprendieron el viaje de regreso, pero el niño Jesús se había quedado en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. (…) Al no encontrarlo, volvieron en busca de él. Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros. Lucas 2: 41-45” relata el evangelio.
Otras versiones relatan que esta tradición tiene origen prehispánico, cuando dos pueblos se disputaban la rivera de un río, sin embargo, los dioses decidieron dejarlos sin luz y, a modo de otorgarles el perdón (los dioses) estos pidieron que les fabricaran un escudo de piedras preciosas que fuera capaz de reflejar la luz del sol hacia las tierras de los pueblos desde las alturas, para iluminarlos.
Por ello, un guerrero carga el escudo y emprende su camino a las alturas para cumplir con la promesa, sin embargo, detrás de él va su esposa, quien se encuentra embarazada, pero durante el viaje, la mujer da a luz y pierde la vida.
Al darse cuenta de los hechos, los dioses ordenando encender hogueras para guiar al niño recién nacido a su casa, por lo que así comienza la tradición.
Es por ello que en Tuxpan y otros municipios de Veracruz, cada 7 de diciembre, en punto de las 19:00 horas, encienden cientos de veladoras para guiar al Niño Perdido que fue hallado en el templo o a las ánimas de los niños perdidos. ¿Lo sabías?
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