PAPANTLA, VER. - Han pasado 31 años desde que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) otorgó el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad a la Zona de Monumentos Arqueológicos "El Tajín", este 2023.
La fecha pasó desapercibida para la mayoría de la población, sumado a que el sitio se encuentra en decadencia debido al abandono por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la falta de atención de las autoridades locales.
Fue en el 2012 cuando fue restaurado el Edificio 11 que se vio afectado por el paso del huracán "Karl", en septiembre de 2010. Ahí al evaporarse las concentraciones de agua en su interior, la humedad buscó salida por las superficies más porosas, afectando los pisos de estuco y la pintura mural realizada al fresco, entre 900 y 1100 d.C.
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En 2021, la fuerza devastadora del huracán "Grace", arrasó con la zona arqueológica, causando afectaciones tras la caída de árboles, además de techados de palma que cubrían murales que fueron elaborados por la cultura Totonaca. Algunos edificios sufrieron afectaciones, sin embargo, hasta el momento no se han realizado los trabajos de rehabilitación correspondientes.
Se cree que El Tajín pudo llegar a tener entre 5 mil y 20 mil habitantes. Su desarrollo ha sido ubicado en el Epiclásico, entre el 600 y 900 d.C., cuando debieron ser construidos sus característicos edificios con decoraciones con nichos, relieves y pintura mural. Pese a la fragilidad de sus edificios, la entidad no se ha preocupado por atender las necesidades de esta ciudad sagrada, considerada cuna de la cultura Totonaca.
Tal situación ha sido denunciada reiteradamente por los custodios encargados de resguardar y preservar el patrimonio histórico, pero hasta el momento sus demandas no han sido escuchadas. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Cultura reveló que una de las posibles causas de la desaparición de la ciudad prehispánica El Tajín podría estar asociada con un cambio climático conocido como periodo cálido medieval.
De manera que el abandono de El Tajín por los Totonacas pudo ser consecuencia de una inundación, misma que se produjo como consecuencia de un fenómeno solar que provocó, además, cambios en el medio ambiente durante el año 900 en el siglo X. La situación habría tenido como consecuencia la construcción del basamento más emblemático de la ciudad sagrada, el edificio de los nichos.
Se pudo llegar a esta conclusión gracias al trabajo que especialistas llevaron a cabo en la zona que es considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, logrando conjuntar la información del clima antiguo, los datos arqueológicos recabados in situ y los resultados de más de 11 años de estudios hechos con LIDAR, que es una herramienta de tecnología para la detección y medición de objetos a través de puntos láser.
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La investigación reveló que gracias a los trabajos que se hicieron mediante LIDAR se pudieron localizar los accesos originales al área nuclear de El Tajín, uno de los cuales estaba en la fachada oeste del Edificio de los Nichos. El Tajín es una zona arqueológica de suma importancia en la que se ha explorado sólo una ínfima parte de sus mil 221 hectáreas, por lo que aún cabe la posibilidad de encontrar nuevas estructuras que permitan conocer aún más acerca de la estrecha relación que la ciudad antigua daba a lo humano, lo natural y lo divino.
mb