UNIVERSIDAD VERACRUZANA

Práctica curricular debe poner al cambio climático en el centro

Edgar González Gaudiano, director general de la Unidad de Estudios de Posgrado, enfatizó en la importancia de abordar este fenómeno pedagógicamente a niveles individual y colectivo

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XALAPA, VER.- “Es imposible mantener un crecimiento económico infinito en un planeta con recursos limitados y finitos”, declaró Edgar Javier González Gaudiano, director general de la Unidad de Estudios de Posgrado de la Universidad Veracruzana (UV) al impartir la conferencia magistral “¿Qué pedagogía para un colapso climático anunciado?”, en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI). 

El evento ocurrió en el inicio de actividades del “Segundo encuentro de experiencias de investigación, docencia y vinculación: reimaginando futuros de la educación para la ecociudadanía y la sustentabilidad”, que se desarrollará los días 7 y 8 de octubre y es organizado por la Cátedra UNESCO sobre Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental de la UV.  

Rosa Guadalupe Mendoza Zuany, coordinadora de la cátedra, explicó que el objetivo del encuentro es compartir experiencias que permitan el intercambio y retroalimentación de conocimiento, por medio de la presentación de ponencias y vivencias.

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A su vez, Gloria Elena Cruz Sánchez, titular del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE), dio una cordial bienvenida a participantes y asistentes al primer día de actividades y les deseó éxito en sus intervenciones.  

“Será interesante y fructífero escuchar experiencias diversas, pues nadie se educa solo, lo hacemos en común”, manifestó. 

González Gaudiano explicó que entre los problemas de la ciudadanía para actuar contra el cambio climático se encuentran la falsa premisa que relaciona al déficit informativo con la inacción proambiental, además del modelo consumista que desvía la mirada de un inminente colapso.  

A ello se suman la proliferación mediática impropia y distorsionada del fenómeno, y la asociación emocional negativa vinculada a él, que frena el involucramiento.

 

El directivo mencionó que los procesos curriculares tradicionales –pasos que se siguen para diseñar, desarrollar y evaluar un plan de estudios– son parciales y sesgados, se enfocan en la adquisición de competencias cognitivas, y carecen de estrategias didácticas situadas pertinentes de construcción de sentido. 

“El currículum contemporáneo invisibiliza la dimensión ético-política de la crisis climática, frena las posturas críticas, procrastina decisiones y promueve un ambientalismo blando sin análisis de estilo de vida”, puntualizó. 

El investigador enfatizó en la importancia de implementar una práctica curricular que establezca al cambio climático al centro, lo aborde pedagógicamente a nivel individual y colectivo, y sirva como palanca de evolución social y construcción de futuros alternativos.


Abogó por un currículum de emergencia que impulse el trabajo colaborativo, la negociación política y las alianzas internacionales, incluya conocimientos de ciencias climáticas, ponga atención a la percepción social del riesgo, y valorice los compromisos ecociudadanos. 

“Urge establecer un estilo de vida no materialista, que priorice el respeto al derecho de todos los seres vivos”, enunció.