GUERRA EN UCRANIA

Ucrania, ¿se congelará el conflicto?

La guerra en Ucrania coloca a la humanidad en riesgo de un conflicto nuclear catastrófico. | Jorge Faljo

Escrito en OPINIÓN el

La guerra en Ucrania provocó el alza de precios de los alimentos, los fertilizantes y los energéticos en todo el mundo y con ello reducciones en el nivel de vida de los europeos y un mayor empobrecimiento sobre todo en países del medio oriente y de África. La inflación que desató sigue su marcha incontenible y se le combate con alzas en las tasas de interés para desalentar el consumo mediante el mayor empobrecimiento de la población y la reducción de la inversión y el empleo.

Entre sus peores efectos se encuentra el mayor deterioro ambiental por el uso de energías más contaminantes y porque las oleadas de sanciones han desarticulado el comercio global y ahora un gran número de productos se tienen que adquirir de proveedores más lejanos. 

Por otra parte florece la industria del armamento tanto del lado de los países occidentales que han enviado al gobierno ucraniano gran parte de lo que tenían en bodega y ahora destinan enormes recursos a reponer este armamento con mejores misiles, tanques, drones, aviones de combate y demás. Entre los consumos dispendiosos el del armamento es el peor de todos.

Así que la gran pregunta que surge en todas partes es ¿hasta cuándo seguirá esta guerra devastadora y mortal para los ucranianos, empobrecedora para la mayoría de la humanidad y que contribuye substancialmente a la catástrofe climática? Una guerra que coloca a la humanidad en riesgo de un conflicto nuclear catastrófico.

Es evidente, a 16 meses de iniciado el conflicto, que es imposible una victoria decisiva para alguno de los dos lados. Rusia pretende anexarse las provincias donde habita mayoritariamente población de lengua y cultura rusa, pero no tiene la capacidad para conquistar y gobernar territorios de población ucraniana totalmente hostil. Sería como tragarse un puercoespín.

Del lado ucraniano el mensaje insistente ha sido que va a reconquistar todo el que era su territorio formal en 2014. Incluyendo Crimea y las provincias que no pudo vencer durante los ocho años de la guerra civil iniciada en 2014 y convertida en guerra internacional en 2022. Un objetivo que hasta sus mayores proveedores de armamento y presupuesto para su ejército y gobierno saben que no es viable.

El resultado es una guerra estancada donde se avanza o se retrocede pocos kilómetros a costa de miles de vidas, pero sin victorias decisivas. Una guerra de desgaste en donde el objetivo de cada lado es que el enemigo agote sus municiones de todo calibre, que pierda soldados y que su capacidad económica y respaldo político se deterioren. Lo cual ocurre en ambos lados, pero sin llegar al punto en que cualquiera de los dos lados quede incapacitado para seguir luchando.

Político es una destacada e influyente organización con base en el estado de Virginia en Estados Unidos, que se dedica al periodismo político, publicó un artículo donde sostiene que en los niveles superiores de la administración del presidente Biden se hacen planes ante la creciente posibilidad que el conflicto en ucrania se “congele” de manera similar a lo ocurrido entre las dos Coreas, la del norte y la del sur, que nunca declararon la paz, pero conviven en un conflicto paralizado.

El Presidente del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley ha declarado repetidamente que la guerra en Ucrania terminará en negociaciones y no en una victoria militar de cualquiera de los dos lados. Esta afirmación de un militar del más alto nivel no ha sido desmentida. Se ha convertido en el escenario más realista en la medida en que la tan anunciada contraofensiva ucraniana no parece exitosa.

Un aspecto central que se discute en la administración Biden es, según Político, dónde se fijarían los limites potenciales que tanto Ucrania como Rusia acordarían no cruzar sin que estos fueran aceptados como fronteras oficiales. En este escenario los dos contendientes no firmarían la paz, posiblemente ni siquiera se comunicarían directamente pero el conflicto abierto se reduciría fuertemente.

Lo anterior sería un gran alivio para Estados Unidos y sus aliados debido a la disminución del costo de apoyar al gobierno y ejercito de Kiev (la capital de Ucrania) y se revertiría el creciente descontento en Europa. Evitaría por otra parte que en el caso de que la siguiente elección presidencial la gane un candidato republicano se detenga el apoyo a Ucrania y el conflicto acabe de peor manera para Estados Unidos.

Una solución de este tipo satisfaría la exigencia rusa de negociar tomando en cuenta la situación real en el terreno. Es decir, las posiciones conquistadas por el ejército ruso; lo que implica que no están dispuestos a ceder los territorios conquistados. Del lado contrario se encuentran los que dicen que un acuerdo de este tipo sería inmoral dado que facto implicaría que Ucrania pierda parte de su territorio y lo gane un enemigo malvado (es decir autoritario, antidemocrático y demás).

Un congelamiento del conflicto tendría que incluir acuerdos para que ocurran importantes movimientos de población en condiciones de seguridad y respeto a los derechos humanos. Los ruso parlantes que queden del lado ucraniano seguramente no querrían arriesgarse a represalias y emigrarían hacia el lado ruso. En sentido contrario muchos ucraniano parlantes preferirían salir de los territorios bajo control ruso. Tales reacomodos y la reconstrucción de ambos lados tendrían un alto costo con un probable efecto positivo; que los dos lados tengan las manos y sus recursos muy ocupados durante por lo menos un decenio.

Sin embargo, el mero “congelamiento” del conflicto es inaceptable para Rusia. Kiev y sus aliados insisten en que Ucrania entrará a la OTAN, la alianza militar occidental. Lo cual implica que incluso si queda semidestruida, endeudada y reducida en tamaño y población seguiría siendo receptora de armamento occidental y, con la entrada a la OTAN se abriría la posibilidad de establecer bases de misiles y bombas atómicas en lo que quede del país.

Con lo cual parece que el congelamiento del conflicto solo sería viable si se cumplen las demandas rusas de antes de la guerra: que Ucrania sea un país neutral, sin fuerzas extranjeras dentro de su territorio. ¿Llegará el momento en que eso sea aceptable para la administración del presidente Biden?