JUVENTUDES Y TRANSPARENCIA

Juventudes y transparencia, detonantes de la participación ciudadana

Escuchar a los jóvenes nos puede llevar a la generación de arenas y espacios de participación ciudadana alternativos, digitales o, incluso, es posible, ubicados en el metaverso. | Julio César Bonilla

Escrito en OPINIÓN el

En el marco de lo que actualmente comprendemos como un Estado democrático constitucional, no solo es posible, sino necesario, imaginar y construir una idea de democracia amplia, accesible, incluyente, equitativa, sustancial, útil y generosa con las personas; así como abierta y receptiva a la posibilidad de adaptarse ante cambios y sucesos que así lo precisen.

Es decir, una democracia más allá de lo conceptual y que trascienda su formal identificación con un método o modelo de gobierno para ser vista y cobrar paulatina e incremental sustancia como un modo de vida asociado y una experiencia comunicativa compartida. Como un medio y una herramienta compleja al servicio de fines personales y colectivos, solo realizables a partir de la proyectiva apreciación de las ideas, la diversidad y la amplitud de los intereses humanos.

Apreciada en esta dimensión instrumental, la democracia se encuentra compuesta por instituciones, formas y prácticas que no son sino un conjunto de herramientas que permiten la inclusión de las personas, de modo que quienes se ven potencialmente afectados o puedan serlo por las decisiones y acciones colectivas, tienen alguna influencia sobre ellas y su construcción. 

En esa lógica, todas las instituciones que conforman el aparato del Estado y las personas, tanto en lo individual como en lo colectivo, debemos entender el valor que tiene y la aportación sustancial que puede representar, extender de modo efectivo el número de personas que participan en la conformación de los diversos intereses públicos de modo que cada una tenga que referir su propia acción a la de otros y considerarla para afianzar y orientar la suya. Porque ello, en los hechos, implica hacer lo propio con la cobertura, la inclusión y los alcances del diálogo social en torno al ámbito público; y, con ello, remontar barreras que suelen impedir a las personas valorar la fundamental importancia y trascendencia de su involucramiento y actividad participativa.

Frente a las diversas juventudes de nuestro país, es imperativo que desde las instituciones se generen mayores y más amplios acercamientos como el caso de los organismos garantes nacional y locales en materia de derecho de acceso a la información, transparencia, rendición de cuentas y protección de datos personales. Es así como, desde el mes de febrero, se realizan las “Semanas Universitarias por la Transparencia 2023.”

Espacios en los que la juventud universitaria tiene la oportunidad de interactuar con personas expertas, pueden acceder a conocimiento útil y compartir sus visiones, experiencias y propuestas en torno a las materias referidas, ha quedado claro que las juventudes tienen mucho que aportar y que requieren canales efectivos para establecer y mantener permanente contacto y comunicación, tanto relevantes como útiles, con sus instituciones públicas. 

También nos han hecho por demás visible que hay que ampliar y abrir más vías, así como tornar accesibles las herramientas democráticas con que contamos ante tales actores sociales para captar su incidencia y aprovecharla efectivamente, como insumo para la construcción e implementación de acciones públicas efectivas y orientadas a la proyectiva y progresiva satisfacción de sus demandas, necesidades y hacia la neutral promoción de sus intereses.

En este mundo digitalizado que habitamos, los canales formales de participación ciudadana existentes, disponibles y generalmente administrados por el Estado, no conectan con las juventudes. En la idea de democracia que desde un inicio planteamos, resiliente y abierta a cambios o adecuaciones que la extiendan y tornen más efectiva en beneficio y utilidad de las personas, es posible y preciso recobrar esa conexión con las jóvenes bases sociales a través de la transparencia, la rendición de cuentas y la imaginación creativa que les acerquen tales experiencias democráticas, sus herramientas y sus productos.

Las juventudes nos pueden ayudar como sociedad a hacernos preguntas diferentes, mejores, más grandes, útiles y proyectivas en sus miras. Las respuestas que obtengamos tras hacerles partícipes, escucharles y convertirles en actores decisores y autores de sus propios futuros posibles; quizá, nos lleven a la generación de arenas y espacios de participación ciudadana alternativos, digitales o, incluso, es posible, ubicados en el metaverso.

En todo caso, lo importante será que escuchemos a las juventudes y que sepamos y podamos aprovechar para el bien de todas y todos las ideas que, dentro de las más de 50 Universidades participantes de las Semanas Universitarias por la Transparencia, se generen y compartan por ellas.