León.- Hay personas que nacen en un ambiente de pobreza, en medio de privaciones en sus necesidades primordiales, como el alimento, prendas de vestir y hasta un buen nivel escolar, aunque con talentos naturales que a base de trabajo y persistencia logran salir adelante para conseguir una calidad de vida muy diferente a la que vivieron en su niñez.
Para poner un ejemplo de lo anterior, está la vida de Ángel Jair Quezada Jasso, quien nació el 29 de noviembre de 1999 en uno de los barrios populares de Guanajuato capital, el Barrio Santa Fe al que no sólo lo recuerda por su infancia, sino que hasta lo lleva con orgullo en su nombre artístico: Santa Fe Klan.
Ángel Jair dio sus primeros pasos dde artista junto con sus amigos del barrio, quienes lo llamaban “El Güero”, sin micrófonos, ni cámaras, empezando a improvisar las rimas de algunas de sus canciones que tocaban temas de su vida en las calles, drogadicción y del amor, en una esquina de la calle Cubilete, ya que, cuando era un adolescente, soñaba con cantar rap, grabar discos y dar conciertos ante muchas personas.
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El ahora famoso rapero recibió el apoyo de su papá, Ricardo Quezada, cuando a los 11 años lo veía cantar con entusiasmo en las calles del Barrio Santa Fe, quien con su oficio de cartero no tenía suficientes recursos económico, aunque de endeudó para comprarle a su hijo su primer equipo de música, le armó un pequeño estudio y compró un micrófono que es parte de uno de los muchos tatuajes que Santa Fe Klan tiene en su cuerpo.
Aunque no fue un estudiante destacado, encontró en la calle su verdadera escuela y a pesar del ambiente en que crecía, de drogas y pleitos entre pandillas, a los 13 años comenzó a grabar sus primeras canciones y se convirtió en un productor musical del barrio, ya que grababa y regalaba sus discos para darse a conocer.
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A los 16 años se fue a radicar a Guadalajara, donde firmó un contrato con el sello discográfico Alzada Films y de ahí para adelante fue subir y subir la fama de este cantautor de rap, no sólo a nivel nacional sino también internacional.
El apoyo que recibió en su adolescencia fue familiar, impulsado por su papa, Ricardo, por su mamá Susana Jasso y sus hermanas Pamela y Mary, quienes se sienten orgullos de lo que pudo alcanzar Ángel Jair
De esta forma, el adolescente que surgió de un barrio popular, gracias a su esfuerzo, dedicación y ganas de cumplir el sueño que hizo realidad, y quien se encuentra ahora en la cima de su carrera artística, sigue sin olvidar sus orígenes, ya que, cada que su agenda de trabajo se lo permite, regresa al lugar donde nació y vivió su primeros años: El Barrio Santa Fe de Guanajuato.