León.- La tradición del Miércoles de Ceniza que se realiza cada año, nacida en los primeros años del cristinismo como una fase de preparación para recibir el sacramento del bautismo, marca el inicio de la Cuaresma, un período de 40 días de preparación espiritual previo a la celebración de la Semana Santa, misma que la renuevan los fieles católicos al asistir al rito de la imposición de ceniza.
Son 40 días en la que los creyentes recuerdan los 40 días que Jesucristo estuvo en el desierto, después de ser bautizado por San Juan Bautista, como una fase de preparación, antes de comenzar su ministerio, por lo que los fieles consideran que. el Miércoles de Ceniza es un tiempo de sacrificios personales que les fortalecerán su capacidad de resistir las tentaciones que se les presentan en su vida diaria y de vivir como verdaderos cristianos.
Muchos católicos podrán faltar a varios de los mandamientos de Dios y de la Iglesia, en tanto que, a que les impongan la ceniza solamente faltan por motivos de fuerza mayor, y una vez asistido a este compromiso, la cruz que les imponen en la frente la lucen, algunos, durante todo el día.
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La cruz de ceniza en la frente, que va acompañado de las breves frases “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás” o “Conviértete y cree en el Evangelio", recuerda la mortalidad humana, es una forma de renovar el compromiso con la fe en Cristo y la necesidad de arrepentimiento de los pecados y la conversión.
La imposición de la ceniza era desde sus inicios una labor sacerdotal que realizaban únicamente en los templos y a determinadas horas, sin embargo, desde finales del siglo pasado, los sacerdotes se apoyan de laicos comprometidos para atender a toda la gente, y aunque el rito se sigue celebrando en todos las iglesias, también se realiza en otros lugares, como en hospitales, escuelas católicas y en los domicilios donde se encuentra en cama algún enfermo, con lo que todos los cristianos tienen la oportunidad de no quedarse sin cumplir con esta tradición.
¿De que está hecha la ceniza?
El tiempo de reflexión, arrepentimiento de promesas y, sobre todo de prepararse para vivir los Días Santos, termina con el Domingo de Ramos, donde se realiza la bendición de las palmas, mismas que se guardan durante todo un año y se queman para utilizar la ceniza en esta tradicional fecha de Miércoles de Ceniza.
Los ramos de palmas se guardan en los templos y en los domicilios de los fieles durante todo el año y hay quienes que los donan al templo más cercano a sus domicilios, por lo que un día anterior a esta celebración, se queman y se mezclan con agua bendita y la ceniza se impone a los creyentes en forma de cruz, con algún molde o con el dedo por parte de los sacerdotes o de personas que los apoyan.
Ayuno, abstinencia de carne y reflexión
El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, son los únicos días del año en los que los cristianos tienen la obligación de ayunar, abstenerse de comer carne y días especiales de reflexión, como una forma de prepararse y de celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
El ayuno consiste en un desayuno ligero, lo mismo que la cena, y una comida completa donde no se come carne de res o de cerdo, por lo que se suple con el pescado y otros productos marítimos.
Y en la reflexión, surgen las promesas, que quizá no se cumplan, aunque la intención es buena, de ser un buen cristiano, como dejar algún vicio o una forma de ser que los dañe personalmente, o perjudique a familiares, amigos y a todas las personas con las que se convive.
Cabe recordar finalmente que durante el tiempo de Cuaresma era antes obligación de no comer carnes rojas los viernes y aunque muchas familias siguen conservando esta tradición, los únicos días de abstinencia son el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
Todo lo anteriormente mencionado no es nada nuevo para los creyentes y es lo que recuerdan y renuevan cada año en el Miércoles de Ceniza.