León.- Cientos de leoneses se dieron cita en la monumental carpa rosa y amarilla de Tihany, un espectáculo que desde días previos confirmaba su regreso a la ciudad zapatera, después de 20 años de ausencia.
Desde la llegada de los espectadores es toda una experiencia diferente a los circos tradicionales. Ya con boleto en mano, lo primero es entregarlo en el acceso para llegar al lobby; un lugar con candiles, alfombra, sillones y con espacios para la venta de dulces, palomitas, hot dogs, pizza recién horneada, refrescos y juguetes.
Posteriormente hay que ubicar la sección impresa en el boleto, pues dependiendo de este hay que ingresar por uno de los tres túneles para llegar a la zona del boletaje adquirido, para ubicar los lugares, los cuales son butacas acojinadas y aterciopeladas para que quien está a punto de disfrutar del espectáculo lo pase de lo más cómodo posible.
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Minutos después de las 8:00 de la noche llegó la tercera llamada, para que las luces se apagaran en su totalidad y dejaran en penumbras un escenario alto, con un telón plateado, que hace parecer y sentir que te encuentras en un teatro y no en una carpa de circo.
Al encenderse las luces junto con la música, lo primero que acapara los sentidos es el gran colorido del vestuario de las bailarinas que ingresan al escenario disfrazadas de payasos americanos, esto para dar la bienvenida.
Posteriormente llegan algunos actos de malabarismo, un show de payaso que sin decir absolutamente nada, divierte y arranca sonrisas y carcajadas a la gente; una estatua viviente que deja asombrados y maravillados a todos por no poder comprender en totalidad como funciona que tenga dos cabezas que al tiempo ambas tienen expresiones faciales y sus dos manos también se muevan.
Sin duda, el punto medular de Tihany, es cuando el ilusionista Romano García, llega en un automóvil Rolls Royce y en su primer acto desaparece a una mujer que estaba cubierta con una capa morada.
Posteriormente, monta una motocicleta la cual es llevada a una plataforma que sube a lo alto del telón en color plata y frente a los ojos del público la motocicleta junto al mago, desaparecen y luego hace su entrada en la misma motocicleta por la entrada central del circo. Para después hacer el acto a la inversa, es decir aparecer en medio del escenario un helicóptero.
Otros de los actos que han dejado asombrados a los habitantes de León, son el de otro ilusionista, Marco Strapazzon, quién junto a su asistente van cambiando de ropa frente a los ojos del público, sin dejar espacio a las explicaciones de lo que se ve en el espectáculo.
También, una cantante llega después del intermedio para mostrar una vez más, la grandeza de Tihany, pues el escenario se levanta para convertirse en una fuente danzarina al ritmo de la canción que es interpretada en vivo.
Tihany, demuestra que después de 20 años de su última visita a León, puede dejar asombrados a chicos y grandes, además de arrancar sonrisas con los actos de su payaso sin emitir nada con su voz.
Aún no se ha revelado que tan larga o corta pueda ser la temporada de Tihany en León, pues esa pauta la irá marcando el público asistente, ya que en Guadalajara estuvieron cerca de tres meses, posteriormente en Irapuato fueron solamente tres semanas.
Los costos de los boletos van desde los 350 hasta los 950 pesos, y se pueden adquirir en las taquillas del espectáculo o bien a través de internet en el sistema arena.mx. Aunque hay que recalcar que llegando a la carpa monumental, en lo que se vende dentro en el lobby, no se aceptan tarjetas, únicamente efectivo.
Las funciones de Tihany son los domingos a las 12:30 del día, 4:30 de la tarde y 8:00 de la noche. Martes, miércoles y jueves a las 8:00 de la noche; viernes y sábado a las 4:30 de la tarde y 8:00 de la noche. Con una duración de poco más de dos horas y un intermedio de 15 minutos.