Guanajuato.- En la lucha de la Independencia, encabezada por Hidalgo, se registraron diversos hechos que marcaron la historia en México, como el 28 de septiembre que se celebra en la ciudad de Guanajuato que fue la toma de la Alhóndiga de Granaditas por el Cura de Dolores y sus huestes.
La toma de la Alhóndiga de Granaditas, en la ciudad de Guanajuato, es considerada la primera batalla de la lucha de la Independencia y es día de fiesta en la capital del Estado pues esta victoria del ejército de Hidalgo se celebra con bombo y platillo y detiene las actividades normales de la ciudad.
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Las actividades habituales en la ciudad se detienen y para conmemorar este hecho histórico, se realiza un acto cívico y un desfile por calles de la ciudad.
Toma de la Alhóndiga de Granaditas
Luego de que Hidalgo diera el Grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810 avanzó con el ejército insurgente por Atotonilco, San Miguel el Grande, Celaya y Salamanca donde obtuvieron victorias en acciones bélicas y de esos lugares sumaron adeptos a la causa de Independencia.
Posteriormente los insurgentes encabezados por Hidalgo, Allende y Aldama se dirigen a la ciudad de Guanajuato, un importante centro minero del virreinato, en donde el intendente era Juan Riaño, un destacado militar.
Hidalgo y Riaño habían sido amigos, pues se conocieron años antes durante la construcción de la Alhóndiga.
La Alhóndiga era un edificio construido en el siglo XVIII en tiempos de virreinato el cual servía de almacén y venta de granos.
Luego de que Riaño se enterara de la llegada del ejército insurgente a la ciudad de Guanajuato da órdenes de que los españoles y sus familias y la tropa que estaba bajo su mando se resguarden en la Alhóndiga, que tenía una estructura de una fortaleza.
Antes de que Hidalgo y el ejército insurgente llegaran a Guanajuato, el cura de Dolores mandó un emisario para entrevistarse con Riaño y negociar una pacífica rendición de la ciudad, pero el intendente reafirmó su lealtad al Rey y se negó a rendirse y a entregar la ciudad.
Ante esta respuesta de Riaño los insurgentes iniciaron un asedio a la Alhóndiga pero ésta resultó ser una resistente defensa contra los ataques insurgentes.
Al ejército insurgente se unieron gente de la ciudad de Guanajuato y mineros que apoyaron en el sitio y dieron a Hidalgo información de las personas que estaban refugiadas en la Alhóndiga.
Se prolonga asedio a la Alhóndiga
El asedio de los insurgentes a la Alhóndiga se prolongaba y el intendente Riaño, con un grupo de hombres, salió a enfrentar a los sitiadores pero los hombres del ejército de Hidalgo les dieron muerte.
En la Alhóndiga había un conflicto entre los civiles y militares pues unos querían rendirse y otros estaban decididos a seguir el combate. Mientras afuera Hidalgo y sus huestes no hallaban la manera de entrar.
Pero hubo una acción que cambió el estado del sitio, pues el minero Juan Martínez, llamado “El Pípila”, quien se había unido al ejército insurgente, se cargó una losa de piedra en la espalda que le servía de blindaje contra los disparos que salían de la Alhóndiga, portaba una antorcha y se acercó hasta la puerta de la misma y le prendió fuego.
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Al quedar destruida la puerta por el fuego la gente de Hidalgo venció la resistencia y pudo entrar.
Los hombres de Hidalgo entraron a la Alhóndiga y cometieron desmanes, saquearon y realizaron una matanza que alcanzó no solamente a los militares que defendían el edificio, sino también a los españoles y a sus familias que se habían refugiado ahí.
Duró tres días esta situación hasta que Hidalgo ordenó la retirada.
Actualmente el edificio es el Museo Regional de la Alhóndiga de Granaditas.
CM