León.- Una casa abandonada en una esquina en la colonia Obrera en León no tiene nada de especial. Hay decenas y a nadie le importan, solo son muros y ventanas viejas, excepto una. La vieja y olvidada casa que era el burdel de Las Poquianchis y ahora son baños públicos.
Es el año 2024. La colonia Obrera, una de las más antiguas de León, existe como siempre lo ha hecho: viven familias, se desarrollan comercios y los sacerdotes dan la misa todos los domingos. La historia de este barrio es hoy en día no muy diferente a la de hace 1964, lo único que separa a la colonia de hoy con la de aquel entonces es que en ese año se descubrió un caso de esclavitud sexual y tortura que se convirtió en uno de los más graves en la historia de México.
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La casa con número 502 ubicada en la esquina de la calle Sonora con Bolivia, grande y espaciosa, que hoy es un viejo inmueble en abandono era el escenario de un burdel de Las Poquianchis. Ahí, las 4 crueles hermanas se dedicaban a prostituir bajo amenazas de muerte y tortura, que llegaron a cometer, a niñas, adolescentes y mujeres.
Su historia, contada por decenas de escritores, músicas, guionistas de teatro y periodistas, comienza en El Salto, Jalisco, con un padre abusador y una madre guiada por el fanatismo religioso que criaron bajo el maltrato a 4 niñas que de ser victimas se volvieron las victimarias de más de 100 mujeres en México.
Con sobornos a las autoridades abrieron un burdel en su municipio que luego se expandió a distintos puntos de Guanajuato. Secuestraron niñas y adolescentes, las engañaron, las torturaron y las asesinaron. Se estima que fueron entre 90 y 150 mujeres y bebés los que mataron. También le quitaban la vida a los hijos que tenían producto de abusos diarios.
El negocio de explotación creció con el permiso corrupto de las autoridades en ese momento y se extendieron a diversos municipios de Guanajuato. El que todos conocen fue San Francisco del Rincón, donde tenían el burdel y cementerio principal, ahí mismo las esclavizaban y les quitaban la vida, pero no fue el único lugar donde las aprisionaron, también en una casa en la colonia Obrera en León.
En la zona centro de la ciudad, en una casa en la esquina de las calles Sonora y Bolivia en la colonia Obrera, mantenían secuestradas a niñas desde los 12 años de edad hasta mujeres de 20. Los vecinos que aún lo recuerdan platicaron a La Silla Rota que era una casa que Las Poquianchis, 4 mujeres que recuerda usando rebosos oscuros sobre sus cabezas, usaban como salón de bailes.
Los vecinos que las veían las recuerdan como unas señoras recatadas y silenciosas. No eran diferentes a las demás vecinas según lo que percibían a la distancia. Las Poquianchis escondían las verdaderas actividades que obligaban a hacer a las muchachas bajo la apariencia de un lugar para hacer bailes, pero el inmueble era algo lejos de ello.
Su fachada se cayó en 1964. Una víctima se escapó y alertó a la policía. La noticia se dio a conocer en todo el México, principalmente por la revista Alarma y al día siguiente esta casa en la colonia Obrera fue cateada y asegurada.
Un periódico de ese año publicó la foto escribiendo en la descripción lo siguiente: Esta es la casa donde funcionó el burdel de vicio de Las Poquianchis, sitio en las calles Sonora y Bolivia. El Jefe Mota anunció que hoy al mediodía iniciará la investigación en este lugar.
Las víctimas fueron rescatadas y Las Poquianchis capturadas. Su historia se quedó grabada en la misma historia de México, pero su burdel de crueldades en León quedó en el olvido. Solo los vecinos de 70 años que viven en la colonia Obrera recuerdan a estas silenciosas y oscuras mujeres.
¿Qué es ahora?
Hoy día, a 70 años de esta tragedia, la casa luce casi igual. Algunas cosas han cambiado en su estructura. Le quitaron y agregaron puertas, la fachada la pintaron y el marco de pintura blanca de las ventanas fue borrado.
Hoy, esta vieja casa es usada como baño público. El propietario renta los baños para los leoneses que van a la Línea de Fuego a comprar. Nadie sabe lo que ahí adentro ocurrió hace 70 años.