León.- Sobre el bulevar López Mateos, entre las vialidades avenida Alud y paseo de los Insurgentes, una versión vieja y semiabandonada de la antes llena de vida Plaza Insurgentes luce casi olvidada por los leoneses. De los 50 locales que hay, un tercio están vacíos y la poca vida que se ve en el viejo centro comercial es atraída por un par de negocios, pero principalmente por solo dos: un restaurante de hamburguesas y un antro.
De más de 30 años de existir, y de ser uno de los primeros y más concurridos nuevos centros comerciales en la ciudad de León, la Plaza Insurgentes hoy es todo lo opuesto. Hubo una época en la que las jardineras eran verdes y los árboles en ellas estaban podados con figuras modernas. Aunque la gente no fuera a comprar, se paseaban con tal de observar los escaparates y tomarse un helado. Hoy acuden solo para resolver sus pendientes y se retiran.
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Sobre el suelo hay basura y charcos de agua estancada en los espacios donde faltan adoquines que con el tiempo se levantaron y nadie volvió a colocar. A las 11:00 de la mañana, cuando la mayoría de los negocios en la ciudad ya llevan horas de haber abierto sus puertas, en la Plaza Insurgente las cortinas permanecen bajadas.
Un techo para los indigentes
De los 50 negocios, 15 están desocupados, vacíos de gente y, un par de ellos, llenos de basura en su interior. En la noche no hay seguridad, así que, cuando baja el sol, la Plaza Insurgentes se transforma en un refugio de indigentes.
“Llegan varios como a las 9:00. A veces son 5 o a vece4s hasta 10”, platica la empleada de un negocio dentro del centro comercial donde lleva trabajando 10 años.
En grupos, personas sin hogar y en busca de un techo, se acurrucan en las esquinas, recostados sobre cartones y cobijados con un cobertor desgastado para protegerse del frio de la noche. A pesar del ruido que llega por la noche y la vida que regresa con la oscuridad (atraída por un antro ahí) duermen largo y tranquilos al tener un refugio del viento y la lluvia.
Los pulmones de Plaza Insurgentes: un antro y una hamburguesería
Aunque todavía tiene locales ocupados, los pulmones del viejo centro comercial son principalmente dos negocios: un antro que llegó hace 5 años y una hamburguesería que se instaló hace poco más de 10 años.
Cerca de las 5:00 de la tarde, especialmente jueves, viernes y sábado, la Plaza Insurgentes vuelve a la vida con la llegada de cientos de clientes que atraen estos dos negocios. Risas, música y voces alegres reviven cada noche las viejas y abandonadas instalaciones, pero el encanto se acaba con el sol.
Amanece y en el centro comercial reina el silencio, los muchachos se fueron, los indigentes ya salieron a buscar algo de cambio y, otra vez, Plaza Insurgentes se queda olvidada hasta que regresa la noche.
PR