Guanajuato.- “Sigo viviendo con el miedo y la pena como si sí hubiera sido mi culpa”, platica Marcela, una de las víctimas del delito de afectación a la intimidad en Guanajuato. Cuando era una niña de 13 años un hombre mayor obtuvo sus fotos íntimas y la amenazó. Han pasado 12 años y su historia es la de millones de mexicanas. Son 4 de 10 las mujeres que han sufrido violencia digital. En Guanajuato, hay más de 700 carpetas de investigación iniciadas por el delito de Afectación a la Intimidad (conocido como difusión de “packs” o “nudes”).
El 19 de junio de 2019 miles de guanajuatenses celebraron la aprobación de la Ley Olimpia en el estado, fueron años de lucha que resultaron en un logro, pero la batalla por la justicia aún no acaba. De esas más de 700 investigaciones en Guanajuato, el Ministerio Público consideró que solo en 37 existen elementos suficientes para probar que hubo delito. Además hay muchas que no denuncian.
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Entre las que no pudieron denunciar están las voces de Marcela (quien prefirió usar un seudónimo para proteger su identidad) y Vianney. Ellas, dos de las millones de mujeres testimonios de este delito, permitieron a La Silla Rota conocer sus historias y compartirlas con sus lectores.
En el caso de Marcela era casi una niña. Tenía 13 años e iba en secundaria cuando un amigo suyo mucho mayor que ella en quién confiaba la manipuló emocionalmente para que le enviara fotografías íntimas. Cuando las obtuvo la traicionó, él le pasó las imágenes a otro hombre que la amenazó por meses.
La extorsionó. Siendo ella menor de edad, le dijo que si no enviaba más fotos íntimas, él las publicaría en su muro de Facebook.
“Me sentí perdida, como atorada en un hoyo donde no sabía a quién recurrir por miedo a ser juzgada. En esa época, era ‘¡mi culpa!’ por haber mandado esas fotos, por haberme tomado esas fotos”, recuerda Marcela.
Su amigo sabía muy bien quién era el acosador, pero no hizo nada para protegerla. Ella, sin herramientas ni conocimientos legales y sin información de que lo que le acababan de hacer era un delito, aguantó las amenazas por meses.
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En ese momento, el temor de que cumpliera sus advertencias hizo que decidiera bloquearlo, pero teme que aún tenga acceso a las fotografías y el poder de difundirlas.
Ya han pasado 12 años desde que eso ocurrió. Marcela ya tiene 25 años y es una profesionista. Tiene una relación sana y lo único de lo que quiere preocuparse es de seguir alcanzando sus metas y sueños, pero sigue intranquila. El extorsionador nunca le dijo si borró sus fotos.
Marcela dice que ya no puede denunciarlo, pues ya no tiene nada de evidencias que lo señalan como culpable más que su palabra. Si en aquellos tiempos (alrededor de 2010) hubiera existido la Ley Olimpia, hoy su acosador podría estar siendo investigado.
“Yo ya no tengo las conversaciones donde me extorsionaban Ya perdí contacto con el chavo al que le tenía ‘confianza’ Entonces siento que de mi lado no hay nada que yo pueda hacer. Me da miedo aún que tenga esas fotos, que salgan y que mi familia y amigos se enfrenten y al verlas afecte en mi ‘imagen’. También no se si en el futuro quiera buscar algún trabajo donde hagan como background check y salga algo de eso”, comenta.
A pesar de que, al ser menor de edad y no se puede considerar que hubo consentimiento, ella sigue sintiéndose culpable. No es así, la culpa es del agresor, el que cometió el delito.
La víctima que se volvió heroína
Un año después del caso de Marcela, una mujer de nombre Olimpia Coral Melo de 18 años de edad iba a ser víctima de algo similar. Su historia cambiaría las leyes en México y de 29 estados, entre ellos Guanajuato.
Un video donde ella aparecía realizando actos sexuales comenzó a difundirse por WhatsApp. Comenzaron a llamarla “la gordibuena de Huauchinango”. El bullying y acoso en redes, y de la prensa que la calificó como una joven promesa con un futuro perdido, la llevaron a intentar quitarse la vida 3 veces.
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Las palabras de su madre: "Todas cogemos. Tu prima coge, tu hermana coge y yo también. La diferencia es que a tí te ven coger. Eso no te hace una mala persona o una delincuente" y demás apoyo que recibió le dieron valor para denunciar.
Hizo un proyecto de reforma con más mujeres víctimas en Puebla y cinco años después (en 2018) se aprobó la reforma de delitos Contra la Intimidad Sexual en el Código Penal de su estado.
A este ejercicio de modificación legislativo se le conoció como Ley Olimpia que, de acuerdo a su ficha técnica, no debe entenderse como una ley en sí, sino como un “conjunto de reformas legislativas encaminadas a reconocer la violencia digital y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, también conocida como ciberviolencia”.
Más tarde la Ley Olimpia se replicaría en 28 estados más. Entre ellos Guanajuato.
Ley Olimpia Guanajuato: han investigado más de 776 casos
En Guanajuato, colectivas feministas y activistas del Frente Nacional por la Sororidad, junto con la entonces diputada Libia Dennis García Muñoz Ledo (actual secretaria de Gobierno) cambiaron la historia en 2019.
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Libia Dennis presentó el 31 de mayo de ese año la Ley Olimpia al Congreso de Guanajuato. Se tipificó como afectación a la intimidad “a quién sin autorización de la persona afectada difunda o ceda por cualquier medio, imágenes, audios o grabaciones audiovisuales de contenido erótico o sexual”, señala el artículo 187 del Código Penal del estado de Guanajuato.
La pena para los criminales y abusadores que violen esta ley es de 2 a 4 años de prisión y 20 a 40 días multa.
La lucha aún no acaba. A través de una solicitud de transparencia La Silla Rota tiene conocimiento de que, desde el primero de enero de 2020 al 31 de marzo de 2022, se han iniciado 776 carpetas de investigación por el delito de afectación a la intimidad.
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De ellas el Ministerio Público consideró que solo en 37 existen elementos suficientes para probar que hubo delito. Los demás agresores que fueron acusados siguen impunes, esto sin considerar a los que no fueron denunciados.
No saben cómo denunciar
A Vianney, la actual pareja de un amigo suyo la intimidó dándole a conocer que tenía las fotos que hace tiempo ella le mandó a él. Eran fotos íntimas que la misma Vianney ya había borrado y que su amigo, sin permiso, las conservó como si fueran contenido de consulta.
Ella ya había cortado relaciones con él cuando la pareja de este se envió las fotos a sí misma desde él teléfono de él. Le dijo que las iba a borrar a cambio de explicaciones sobre la relación que solían mantener.
“En ese momento sentí mucho coraje e impotencia porque traicionaron mi confianza y mi intimidad”, comenta Vianney.
Eso le pasó hace alrededor de dos años. La Ley Olimpia ya estaba aprobada en Guanajuato, pero no pudo denunciar. “No supe muy bien a quién, no te dan mucha información y cuando intentas hacer algo lo hacen imposible”, explica.
Tras haber padecido esto, Vianney reflexiona en que a cualquiera le puede pasar. Afirma que esto no te “hace débil, mala, víctima, ni nada de eso, que solo es parte de un proceso más grande para cambiar como sociedad”.
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De acuerdo al Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de México y Municipios (Infoem) 9.4 millones de mujeres de 12 años y más, fueron víctimas de ciberacoso.
“Merecemos vestir y ser como queramos y la libertad de hacerlo, merecemos ser sexuales, sensuales, serias o lo que nos dé la gana ser. El cambio de esta revolución no va a ser inmediato, pero hay que mantenernos informadas y abiertas para poder construir un mejor aquí y ahora”, concluye Vianney.
PR