Guanajuato.- El mes pasado, 9 guanajuatenses -8 hombres entre los que se encontraban 2 menores de edad y 1 mujer - salieron de sus casas en Guanajuato y, con la bendición de sus familias y lágrimas de despedida, partieron en búsqueda de un sueño que acabó en una tragedia internacional. Los cuerpos de 8 de ellos fueron hallados abandonados y sin vida en un tráiler el 27 de junio. Murieron asfixiados.
Las cifras oficiales señalan que la unidad transportaba a 67 personas sin agua, sin comida y sin ventilación. De ellas, 53 perdieron la vida. Viajaban 25 mexicanos con más guatemaltecos, hondureños y de personas de otras nacionalidades.
{"quote":"“No se supone que al abrir un tráiler veamos una pila cuerpos ahí dentro. Ninguno de nosotros llega a trabajar imaginándose algo así”, expresó el jefe de Bomberos de San Antonio. "}
Pero quienes fueron las víctimas de esta tragedia no son números o cuerpos. Son historias de vida y sueños de superación. Cada una de las 67 son personas latinoamericanas que buscaban conseguir en otro país lo que con dificultad encontraron en el suyo.
Una vez que identificaron a las víctimas, la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional de Guanajuato y representantes migrantes como Omar Osiel Hernández, vicepresidente del Club Migrante Orgullo Guanajuatense – que fungió como enlace entre la dependencia y las familias de las víctimas-, comenzaron a informar las actualizaciones sobre la repatriación de los restos de los migrantes.
Mientras eso ocurría, la Oficina de Información Pública del Condado de Bexar publicó sin avisar a la Secretaría de Relaciones Exteriores las identidades de los fallecidos.
Las vidas que se perdieron y sus historias son las siguientes.
1. José Antonio Pérez Ramírez: “Arrieros somos y en el camino andamos”
José Antonio era un esposo y padre de familia originario de Celaya. Nació el 19 de junio de 1992. Tenía 30 años. Era una persona que se sentía orgullosa de su familia, les quería dar una mejor vida y eso fue lo que lo motivó a irse.
“Arrieros somos y en el camino andamos” decía él. A José Antonio le gustaba vestir de sombrero y botas, la vida en el campo era parte de su esencia. Pasar tiempo con sus amigos y su familia eran de las cosas que más disfrutaba. Si estaba con ellos, estaba sonriendo.
La noticia de su muerte impactó a su comunidad en la Primera Fracción de Crespo, Celaya. Al no poder regresar sus restos a casa aún, su familia le dedicó unas palabras en redes sociales. Recordaron la ilusión con la que partió de casa.
2. A José Guadalupe Narciso López Muñiz no le alcanzaba para vivir en México
El 9 de junio comenzó el viaje por un sueño de José Guadalupe Narciso, un hombre que nació el 26 de noviembre en Celaya. Tenía 29 años.
Él ya sabía el duro camino que le esperaba allá, pues en 2014 ya había ido a trabajar a Estados Unidos, pero en Guanajuato, su cariño por su hogar lo atrajo de regreso. Estando aquí, y sin querer, se enamoró y comenzó una vida en Celaya.
Necesitaba el dinero para mantenerlos, pero lo que ganaba en su comunidad en San Juan de la Vega no era suficiente, así que decidió trabajar como jornalero por temporadas con su padre en Zacatecas. Tuvo que irse a trabajar fuera de su comunidad, pero mientras la distancia entre él y su familia nueva no fuera tanta, lo aceptó.
En Zacatecas, y a pesar de su trabajo duro lejos de casa, tampoco lograba reunir el dinero suficiente. Así fue como el mes pasado salió de su comunidad soñando un futuro mejor para su esposa y sus dos niños. Su plan era juntar dinero y, una vez que tuviera lo suficiente, volver a Guanajuato y reunirse con ellos.
Ya estaba cerca de lograr su proyecto, el 24 de junio se comunicó con su familia y les dijo que ya había llegado a Nuevo Laredo. Estaba listo para por fin entrar a Estados Unidos a bordo de un tráiler, pero les dijo los habían detectado y por eso tuvieron que regresarse y hacer el intento una vez más esa misma semana.
Allá ya lo esperaban su hermano Fernando López Muñiz y sus tíos, pero jamás se pudo reunir con ellos. Lo siguiente que supieron fue que un tráiler con migrantes sin vida había sido localizado en Texas.
El 4 de julio les confirmaron que su hermano y sobrino era una de las 53 víctimas que fallecieron. Ayer por la madrugada su cuerpo regresó a su casa en San Juan de la Vega.
3. Álvaro Enrique Ojeda Salazar: “Ora mucho por los migrantes”
Álvaro era un joven de 23 años que tenía, desde hace meses, el sueño de irse a trabajar a Estados Unidos. Expresó sus deseos de emigrar en 2021 por medio de Facebook. Dijo que, así le costara hambre, dinero e insultos, lo lograría porque era su sueño.
Nació el 29 de mayo de 1999 en Cortazar. Era esposo y padre de dos niños: su familia era su motivación. Álvaro, que había escuchado la historia de triunfo de más migrantes, estaba convencido de que podría lograrlo y reconocía con admiración el esfuerzo de quienes eran su ejemplo. En sus redes sociales pedía a sus amigos que oraran por los demás soñadores.
{"quote":"“Solo te pido algo, ora mucho por los emigrantes, no te burles de ellos, sólo Dios es testigo de lo que se sufre\", escribió. "}
Por fin, el 7 de junio, su sueño se hizo realidad. Al joven que trabajaba en una tienda de pinturas lo recogieron unos "coyotes" ese día, de acuerdo a su familia.
En una rueda de prensa encabezada por Omar Osiel Hernández, líder migrante y vicepresidente del Club Migrante Orgullo Guanajuatense que enlazó y comunicó a las familias migrantes de Guanajuato con la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional, la familia de Álvaro informó que días después de partir, el joven les avisó que estaba varado en Laredo.
Explico que aún no llegaba a su destino porque "la migra" los había detenido (lo mismo que platicó José Guadalupe Narciso) cuando los encontraron escondidos en una casa. Ahí Álvaro se tomó una fotografía, aparece sonriente y abrazado de más migrantes.
El 23 de junio les dijo que iban a volver a intentarlo y el lunes 27 de junio su cuerpo fue hallado en un tráiler en San Antonio, Texas.
{"quote":"\"Cuando yo muera quiero que me paseen por las calles de mi pueblo donde feliz me paseaba”, fue uno de los mensajes de que Álvaro escribió un año antes de partir. "}
4. María Guadalupe Montero: una madre migrante
María era originaria de Valle de Santiago, nació en 1993 y actualmente vivía en la comunidad La Marañada. Se supone que el 4 de julio habría cumplido 29 años, pero no fue así.
Dos meses antes de su muerte salió de casa, pero por diversas situaciones no logró curzar. Sin saberlo, el tráiler sería su último intento por alcanzar la vida que le daría tranquilidad económica sus hijos.
Ayer llegaron sus restos a casa, donde fueron recibidos por familiares y amigos que inundaron su sepelio con flores y veladoras. El lugar lo llenaron de fotografías de ella, una mujer joven y sonriente.
5. Efraín Ferrel García: “Si es por los míos yo nunca me rajo”
Efraín, nacido el 16 de octubre de 1999 tenía apenas 22 años al momento de su fallecimiento. Era originario de Celaya, pero vivía con su esposa en la comunidad Crespo en Cortazar.
El joven migrante era músico, sabía tocar la guitarra y le gustaba cantar corridos y baladas de amor. A Efraín lo caracterizaba la lealtad hacia sus amigos y seres queridos con quienes iba de paseo a otras ciudades y disfrutaba convivir.
Su cuerpo, que llegó esta madrugada, fue velado con amigos, familiares y conocidos.
6. Omar Rico Almanza: “Omar un joven y padre trabajador”
“Omar era un amor que adoraba a su familia”, así fue como personas cercanas a él lo describieron. Al igual que a José Guadalupe Narciso, a Omar ya lo esperaba su familia en Estados Unidos. Un mensaje de texto sería el aviso de ya había llegado a su nuevo hogar, pero la noticia que les llegó fue la de su fallecimiento.
Omar Rico tenía 29 años edad y era originario de Cortazar. En su colonia Chapingo hoy es recordado por sus cualidades y personalidad cariñosa. Un amigo suyo que platicó con La Silla Rota lo describió como un hombre tranquilo y sencillo que no se metía con nadie e incluso evitaba formar parte “pleitos amigueros”.
{"quote":"“Él era Omar un hombre ejemplar como hijo, esposo padre y como miembro de la sociedad”, comentó. "}
Una de sus familiares lo recuerda como “Un amor que adoraba a su familia. Lo vi crecer hasta convertirse en un joven y padre trabajador”.
Sus restos llegaron a Cortazar el 13 de julio. En cuanto sus conocidos, amigos y vecinos supieron del regreso de Omar, se unieron para realizar una kermesse y reunir fondos para apoyar en los gastos del funeral.
7. Óscar Aguado Romero
Oscar nació el 18 de diciembre de 1991 en Celaya, tenía 30 años. Era un joven padre de familia de dos niños con quienes, junto con su esposa, hacia viajes familiares y planes para el futuro.
Su cuerpo sin vida regresó a casa la tarde del jueves 14 de julio. Sus familiares se reunieron debajo de una carpa para velarlo en la comunidad de Estrada, donde solía vivir.
8. Pedro Daniel Téllez González
Hoy, Pedro, un adolescente originario de la comunidad de Miranda en San José Iturbide, fue despedido por sus familiares y amigos. Él tenía tan solo 16 años de edad y estaba viajando con su primo, cuya identidad no fue revelada por la Secretaría del Migrante, y su tío.
El joven es originario San José Iturbide y en compañía de sus dos familiares emprendió lo que pensó que sería el inicio de una nueva vida. Junto con su primo dejó parte de su infancia en Guanajuato para ir por un sueño.
Esta tarde llantos y palabras de consuelo acompañadas de las canciones Caminos de Guanajuato, Nadie es eterno, México lindo y querido, Mi última caravana y el Muchacho alegre interpretadas por mariachi le dieron su último adiós.
El noveno guanajuatense es un sobreviviente
Esta tragedia migrante para Guanajuato se transforma en un hecho esperanzador con la noticia de que hay un sobreviviente. Se trata del primo de Pedro Daniel, también de 16 años de edad.
Cuando lo rescataron se encontraba en estado grave, pero el miércoles Libia Denisse informó que el menor internado en un hospital en San Antonio ya estaba estable y que ha mostrado mejoría. Su mamá lo acompaña en su recuperación.
¿Quiénes son los responsables?
El 29 de junio pasado, el conductor del tráiler, el estadounidense Homero Zamorano, fue acusado del delito de trata, y su cómplice Christian Martínez de 28 años fue acusado de conspirar en trata de personas. El chofer fingió ser una de las víctimas, pero lograron identificarlo como presunto responsable. Podrían enfrentar cadena perpetua.
Además de ellos hay otros dos detenidos, se trata de Juan Claudio D''Luna-Mendez, de 23 años, y Juan Francisco D''Luna-Bilbao, de 48.
El tráiler en el que murieron 53 personas pasó por dos controles de seguridad en Estados Unidos y ninguno reportó haber detectado alguna anomalía, informó el director del Instituto Nacional de Migración de México, Francisco Garduño.
Sobre esta incompetencia, el gobernador de Texas Greg Abbott dijo que “la Patrulla Fronteriza no tiene los recursos para poder inspeccionar todos los camiones y, como resultado, no tenía la capacidad de salvar esas vidas".