ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Los últimos lobos de Sierra de Lobos: colgados en la pared como adorno

Los últimos ejemplares del Lobo Mexicano, especie del Neártico mexicano, fueron aniquilados de los bosques del norte de Guanajuato, hoy solo quedan trofeos de caza, pues solo se exhiben las cabezas de lobos que habitaron la Sierra del Cubo en lo que hoy es el área natural protegida de Peña Alta

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Escrito en GUANAJUATO el

San Diego de la Unión-. Armados con rifles 30-36, carabinas 30-30 y botes, un grupo de ganaderos de San Diego de la Unión, Guanajuato, se dirigieron al Cañón de la culebra para exterminar a un enemigo común: el Lobo Gris Mexicano (Canis lupus baileyi). Las cabezas de los últimos ejemplares de esta especie terminaron como trofeos de caza, exhibidos como recuerdo de aquellos crueles años.

En la Sierra del Cubo

Fue en la Sierra del Cubo en donde según locales de San Diego y biólogos guanajuatenses, fueron vistos los últimos lobos de Guanajuato en vida silvestre, en una zona de grandes extensiones de bosque de pino piñonero y diversas especies de encino,  que comprende los municipios de San Felipe y San Diego de la Unión, lugar en donde el lobos solían depredar los rebaños de ganado.

Don Augusto, un hacendado originario de San Diego de la Unión relató que de niño, a la edad de 8 años, participó en las llamadas “arriadas”, evento en el que se le daba caza al Lobo mexicano en la década de los sesentas en los bosques septentrionales del estado.

Bosque de pino piñonero/ Fotografía: Jaime Torres

Recordó el año de 1966, el hacendado dijo que las arridas eran organizadas por gente de las rancherías, ganaderos y cazadores, se reunían alrededor de un grupo de 60 o 70 personas, se adentraban al bosque de pino rumbo al Cañón de la culebra, cada quien tenía una función: los tiradores se ponían en sus puestos, con sus ojos clavados en la mira de sus rifles, mientras otros con botes y palos hacían ruido para sacar a los lobos de sus madrigueras.

El final de sus días en el Cañón de la culebra

Los animales huían aterrados por el ruido, los lobos salían de sus cuevas entre las hendiduras del cañón, una línea de tiradores ya los esperaba para matarlos sin tregua. Así el lobo encontró el final de su reinado sobre los bosques del norte de Guanajuato, su aullido dejó de escucharse en las noches estrelladas de la serranía.

“Todos sobre el cañón donde estaban las posturas de los tiradores que estaban al final, ahí era donde salía todo el animal que estuviera en ese cañón, venado, coyote, todo salía, ahí era donde cazaban al lobo” comentó el hacendado quien fue testigo de cómo se exterminaba al Lobo Mexicano cuando era un niño.

Se dice en San Diego de la Unión que los cánidos devoraban crías de caballo, ganado y reces, acababan con los rebaños rurales de borregos y cabras, cada tres días el lobo causaba importantes mermas en los ranchos y haciendas, relató un campesino que fueron tres hembras que cazaban de manera furtiva estos animales de crianza para consumo humano.

“Ahora entendemos que fue una lástima, pues está en peligro de extinción, para haber cuidado de esa especie” dijo Don Augusto quien se arrepiente del actuar de las generaciones anteriores, pues antes no se tenía el conocimiento de la importancia de este especie para los ecosistemas.

Una nueva esperanza

Los machos y las hembras adultos de Lobo Mexicano fueron aniquilados, después de la matanza se revisaban las madrigueras o también llamadas loberas, ahí se encontraron sus crías, algunos lobeznos perecieron en algunas haciendas de San Diego, solo algunos cachorros fueron llevados al Zoológico de Chapultepec en la Ciudad de México.

De los últimos lobos que habitaron en Guanajuato solo queda el recuerdo de unas cuantas cabezas exhibidas sobre una base de madera como trofeos de caza, con las fauces abiertas enseñando sus colmillos, como si fuesen los malos del cuento… de esta historia.

Cría de Lobo Mexicano/ Fotografías: Secretaría Medio Ambiente de la Ciudad de México