León-. "De repente se escucha como un trueno y se empieza a mover la tierra", cuenta Diana Pérez, de 25 años. Intenta explicar con palabras lo que ha sentido en los últimos días, un movimiento repentino del suelo y un fuerte sonido subterráneo que la mantiene temerosa. Desde a mediados de agosto habitantes del cerro del Gigante han sido víctimas de temblores a cualquier hora del día. Su miedo: perder todo en segundos.
Diana vive en la comunidad Sauz Seco, a pocos kilómetros del cerro del Gigante, en una casa orillera de un solo piso, enmallada y alejada de todo, pero también austera, y con el riesgo de vivir frente a las montañas.
En los 25 años que vive ahí nunca había sentido algo similar. Nunca había temblado la tierra, sin embargo este 27 de agosto, el sismo le hizo pensar en el riesgo que corren ella y su hija de 5 años.
"De repente sí se escucha como un trueno y se empieza a mover la tierra (...) hasta ahorita no se nos han caído cosas, tenemos como 22 días que se empezó a sentir (el temblor)".
El sismo duró 30 segundos, 30 segundos que se convirtieron en una eternidad.
La tranquilidad que sentía la habitante terminó hace 22 días. Diana cuenta el gusto que tiene de vivir en Sauz Seco, alejada del centro de la ciudad, y caminando varios kilómetros para llegar a Alfaro, la comunidad más cercana con los servicios básicos.
A unos metros de su casa, vive María Belén Rico, de 39 años, en la calle El Chilillo. La joven relata como fueron las dos veces en que sintió el temblor, dos días diferentes: uno cuando estaba en su casa, otro cuando estaba en el campo, hace una semana.
"Un día que estábamos yo y mi hermano en el cuarto vimos como un cerrón de puerta y la cama como que se hizo así (hace un movimiento con sus manos) y la otra vez me tocó estar en el campo, y sentí que retumbó el poste y se vio como si fuera contra la casa de enfrente, así como que retumbó".
"Dice mi tío que se ha movido la tierra allá en el cerro, que se cayeron las piedritas (...) allá sí se sintió, en otros ranchos sí se mueven las cosas".
Al preguntar la posible causa, Belén señala que eso es la respuesta que buscan los habitantes, aunque reconoce que si se trata de un fenómeno natural, ni ellos ni las autoridades lo podrían parar.
La existencia de un volcán es el mayor miedo que acecha a los pobladores. Una hipótesis que relacionan con los sonidos y los movimientos de la tierra. Cuando existen volcanes en una comunidad es más probable que se registren temblores porque es producto del movimiento de las placas tectónicas, cuando las placas chocan entre sí se producen los terremotos y temblores.
¿QUÉ DICE PROTECCIÓN CIVIL?
Aunque Protección Civil ya inspeccionó la zona la semana pasada, visitando comunidades como Los Alisos, La Calera y Otates, los habitantes no dejan de tener miedo, pues la autoridad hizo un primer análisis para verificar las estructuras de las casas, de la mano de Desarrollo Rural.
El área de comunicación explicó a La Silla Rota que "tal cual la tierra se mueve", pero aseguran que "es un movimiento de tierra natural, las placas tectónicas tienden a moverse". Dieron atención a las personas que lo reportaron, estudiando el movimiento en las zonas serranas del Gigante.
Con este "estudio profundo" analizaron que sean verídicos los temblores y dejaron indicaciones a los habitantes para monitorear los sismos, el problema se está analizando y será Protección Civil Estatal quien decida si continuarán con un estudio geológico o si procede a la evacuación de los pobladores, que esta posibilidad sería la más remota y no es necesaria por ahora, comentaron.
MÁS VOCES
No es un testimonio, ni dos. La mayoría de los habitantes aledaños a esta zona coinciden en haber sido sacudidos por estos sismos de los que ni siquiera se sabe su magnitud. Mientras la vida en la ciudad corría de manera normal, en el Gigante se empezaron a compartir mensajes alarmantes de los mismos vecinos, en WhatsApp: "Hay que tener cuidado porque dicen que tembló la tierra, sabe que vaya a pasar (...) se sintió fuerte, fuertísimo".
Kike, de 15 años, vive cerca del Gigante también. Mientras toma la señal de internet comunitaria, cuenta como sintió el movimiento de la tierra, hace aproximadamente un mes. "Se movían poquito las cosas, ya habían dicho que se sentían temblores, si pensamos que era eso, se escuchó como que tronó el piso (...) dicen que puede ser un volcán".
Otra adolescente de 14 años llamada Dulce visita el templo de Sauz Seco y al encontrarla acepta relatarnos con fueron esos "ruidos debajo de la tierra", el día en que visitó la casa de su abuelita.
"A mí sí me ha tocado (...) estaba en la casa de mi abuelita, en una piedra, sentí que se movió la piedra, y dicen varias gentes que se escuchan ruidos debajo de la tierra, se escucha como si tronara (...) yo nadamás sentí el movimiento, es que ya habían dicho que se sentía un temblor, yo no había sentido hasta ese día, la otra semana".
Agrega que adentro de algunas casas se han caído cosas. El miedo la acecha por las noches, el sismo podría tomarlos por sorpresa.
MANUELA VIVIÓ EL TEMBLOR EN LOS ALISOS
Para llegar a Los Alisos, otra comunidad que rodea el cerro del Gigante hay que caminar otros kilómetros más, es la última comunidad para bajar a Alfaro.
Ahí vive Manuela López, de 78 años. Mientras prepara la comida detalla que "se oye un trueno en la tierra".
"Fue un ratito nomás, hace como 15 días. Como ya habían dicho que había temblores para el Gigante y para San Antonio, que escuchaban eso y que crujían las ventanas y las puertas, dije: ya llegaron para acá".
La casa de doña Manuela es pequeña, está de bajada. En medio del camino al Gigante y a un costado de las que eran las oficinas de Medio Ambiente y que ahora están abandonadas. Ahí vive ella con sus hijas y sus nietas, dice que lo único que le queda es orar, porque las tragedias no se pueden evitar.
El Cerro del Gigante se ubica a 10.7 kilómetros del centro de León, a 29 minutos en auto. La comunidades que lo rodean son El Peñón, Lomas de Medina, y Alfaro, y Medina de Alfaro.
Hablar de temblores era raro en Guanajuato, expertos aseguran que no es muy común por tratarse de un estado ubicado al centro del país, que incluso no tiene las construcciones adecuadas o lo suficientemente resistentes para soportar un terremoto.
Pero los sismos en el Gigante fueron solo el inicio de una oleada de temblores que sacudieron varios municipios del estado este fin de semana. El sábado, cerca de las 4 de la mañana el Servicio Sismológico Nacional registró cuatro sismos con epicentro en San Felipe y uno en Cuerámaro, aunque usuarios en redes sociales reportaron haberlo sentido en varios puntos de León y Guanajuato capital. La madrugada de este domingo otro temblor sacudió el noreste de San Felipe.