León-. Las luces se prenden, Sergio aprieta el botón, se escucha el particular sonido "de la maquinita" y comienza el juego. El obrero tiene que meter unos balones en los orificios de la máquina, si inserta uno se puede llevar 20 pesos, si son dos van 40, si son tres 60, y así sucesivamente hasta llegar a 200 pesos, por meter una monedad de 10. Es adictivo, cuenta el señor: "aquí se le va el dinero a uno".
Así son las apuestas en el Mercado Aldama, el corazón de la Miguel Alemán en el centro de León. Ahí, entre los pasillos del mercado, hay locales con luces de colores, locales que se han convertido en mini casinos, en donde el dinero parece no terminar y la gente se vuelve adicta. Insertan monedas y monedas, todo el día hay personas frente a las máquinas, jóvenes y adultos.
Los negocios están decorados ad hoc. Con números de la suerte pintados en las paredes, monedas, brillos y destellos. En una sola maquina hay hasta cuatro chicos entre 14 y 17 años. Amontonados y con los ojos clavados en el aparato. Quieren recuperar un poco del dinero que ya invirtieron.
Es un juego de nunca acabar.
Sergio, un señor de aproximadamente 50 años, al que le daremos ese nombre para proteger su identidad, cuenta lo adictivo que se ha vuelto desde que conoció estos mini casinos. En plena mañana y en un día entre semana, juega en una máquina de baloncitos. Mete 10 pesos, pero su objetivo es sacar 200.
No le importa si pasan las horas, el reloj corre o su dinero se acaba. Las máquinas parecen un imán que atrae a las personas, no se van de ahí. "Lo más que le he metido (a la maquinita) son 80, y lo más que he ganado, son 100", relata Sergio.
Junto a él están otros dos hombres que juegan su suerte manipulando botones y palancas. Los números en la pantalla les indican las oportunidades que les quedan, los puntos y el dinero que van monetizando. La mayoría de las personas que juegan sonríen y no separan la mirada de las máquinas. Los botonazos suenan y uno que otro grito de festejo o fracaso.
Para ganar hay trucos. Aunque los jugadores no lo revelan, es evidente que hay una estrategia con la que intentan recuperar su dinero. Luego de varios minutos la máquina escupe monedas por montón y saca una sonrisa de los apostadores. Otras veces, las personas se van sin mayor esperanza: con dinero y tiempo perdido. ¿Diversión? asegurada.
Son más hombres que mujeres los que acuden a los mini casinos del Mercado Aldama, la mayoría son "chavitos" de entre 15 y 18 años. La gente de alrededor ve estos sitios como normales, aunque podrían ser tan clandestinos como un casino que opera sin permisos del Gobierno Federal.
La popularidad de estas máquinas de juegos va más allá de este mercado. Las encontramos en tiendas, abarroteras, o cualquier negocio que acumule gente en León. Los pequeños aparatos roban la atención de cualquier persona: sus luces, las cifras escritas con números llamativos, los símbolos "de la suerte" y los botones. Todo está realmente pensado para que más de uno voltee a ver y se quede enganchado.
Los locales llenos de máquinas en el mercado parecen interminables. Caminas unos metros y ves uno, das la vuelta y ves otro, en los pasillos de la salida hay más.
No importa la hora que sea, la gente está ávida de diversión, apuestas y dinero.
LOS PERMISOS PARA LOS CASINOS NO SON SUERTE
Los Centros de Apuestas Remotas y /o Salas de Sorteos de Números (Casinos) necesitan un permiso del Gobierno Federal para poder operar, además el Gobierno Estatal debe autorizar la venta alcohol, así la autoridad local.
En caso de tener un permiso, tendrá que ser uno por establecimiento, no se pueden tener varios casinos abiertos con un solo permiso, de acuerdo con el Artículo 20 del Reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos Vigente.
Los requisitos para operar un casino son los siguientes:
1.- Presentar solicitud por escrito en el formato que establezca la Secretaría.
2.- Presentar copia de la constancia de inscripción en el Registro Federal de Contribuyentes o Cédula de Identificación Fiscal.
3.- Exhibir testimonio o copia certificada de su acta constitutiva debidamente inscrita en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio que corresponda o del instrumento jurídico de su creación, por el que se acredite que se encuentra debidamente constituida conforme a las leyes de los Estados Unidos Mexicanos, precisándose como objeto social, como actividad preponderante, aquélla para la cual se solicita el permiso.
En León ya han cerrado varios casinos por operar sin permisos, como el Egyptian, el Palmas, y el Nova, todos estos ya estaban cerrados para el 2016, como lo revela Pablo César Carillo en una columna para Milenio. El Casino Grand había cerrado para ese entonces, también por problemas con los permisos, sin embargo, en el 2019 abrieron sus puertas de nuevo.
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