No hay desempleo.
Los adultos mayores mandan en Palacio Nacional.
No hay corrupción. Sí hay honestidad.
Y bajaron 17 por ciento los homicidios.
En sus anuncios de radio y televisión, a propósito de su Quinto Informe, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, describe un país fantástico.
Andrés Manuel López Obrador ha creado su propio México. Y está convencido que es real.
Se redujo la pobreza y la desigualdad.
La economía está creciendo.
Hay democracia. No hay oligarquía.
Se limpió de corrupción el ISSSTE.
Estamos por lograr la autosuficiencia energética.
No se condonan impuestos a los potentados de arriba.
AMLO presume un gobierno honesto y austero.
Un pueblo digno y trabajador.
Una sociedad mejor. “Una sociedad más justa, más libre, más fraterna y más igualitaria”.
“No hemos comprado un solo vehículo nuevo”, dice.
Según AMLO está creciendo la economía. Se están generando muchos empleos por la industria de la construcción. Y aumentó al doble la inversión pública.
El peso es la moneda que más se ha fortalecido frente al dólar, presume.
Más de 30 millones de familias reciben recursos del Bienestar.
El salario promedio es de 16 mil 300 pesos por persona.
Tenemos 22 millones de mexicanos asegurados en el IMSS.
Se rehabilitaron las refinerías.
Se compró la refinería de Texas.
Ya se terminó la refinería de Dos Bocas.
Doce millones de estudiantes tienen becas. Dos millones 600 mil jóvenes trabajan como aprendices. Se han construido 200 universidades.
Salieron de la pobreza 5 millones de personas, a pesar de la pandemia.
La desigualdad de ingresos entre los hogares más ricos y los más pobres se redujo de 18 a 15 veces.
Andrés Manuel López Obrador afirma que su modelo de desarrollo, autodenominado humanismo mexicano, es eficaz y funciona. “Está generando mejores ingresos en las familias. Bienestar y la felicidad de la mayoría del pueblo de México”, dice. En realidad casi nadie tiene información, ni preparación, para saber si todo eso es verdad o es mentira. A lo mejor todo es verdad, y no lo apreciamos, por ahora, con claridad. Pero el Presidente de México está muy convencido de que es real.
Ese es el mundo fantástico de Andrés Manuel. El México que presume en su campaña de difusión post informe. El México de los spots. El México de sus mercadólogos. El México que ha construido para sí mismo. El México de su narrativa. El México de AMLO.