Sus siglas son NCIL, muy parecido al Nuevo Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El Nuevo Cártel Inmobiliario de León, lo constituyen gente que usted y yo conocemos. Gente muy conocida de León. Esa gente “bonita” o como se conoce hoy en día, gente fifí con nombre y apellidos de “abolengo” de León. De toda la vida. Algunos, venidos de menos a más. Esa gente que se retrata en la sección de sociales de todos los periódicos de León y por supuesto, en esas revistas “bonitas” que retratan a gente “bien” y “hermosa” de nuestra sociedad.
A diferencia de los Cárteles del crimen organizado, que tienen nombres y apellidos de personajes ajenos a todos nosotros. El Nuevo Cártel Inmobiliario de León, lo constituyen y representan hombres y mujeres que se dedican a la compra y venta de inmuebles en la ciudad de León. Mujeres generalmente guapas y “reconocidas” en el medio inmobiliario, que llevan “toda la vida” trabajando en ventas de constructoras o empresas “reconocidas” que son “muy buenas personas”. Pero, no solo mujeres. También hombres llenos de olorosas colonias y coches de lujo -que generalmente los deben a los concesionarios- que ofrecen inmejorables oportunidades de venta de terrenos y casas.
Las malas prácticas inmobiliarias que hemos visto o leído en la Ciudad de México y en Guadalajara, Jalisco., tan cerca a nuestro estado, han llegado al municipio de León, desde hace tiempo. La colusión de particulares con particulares y autoridades municipales es una realidad muy lamentable. Me refiero a vendedores(ras), contadores públicos, abogados y Notarios Públicos, en el ámbito privado y por supuesto, funcionarios municipales del Registro Público de la Propiedad y del Catastro.
El modus operandi es el siguiente: un vendedor o vendedora de reconocidos fraccionamientos, también de aquellos que están por todas partes en la ciudad, que, por cierto, en cualquier punto de León se construyen edificios de departamentos o bien, casas en venta con todo tipo de facilidades de compra, ofrecen sus productos inmobiliarios. Una vez que se cierra la operación con el vendedor, pasan a la siguiente etapa que es la firma del contrato, generalmente en una Notaria o bien, en un despacho de abogados.
El Nuevo Cártel Inmobiliario de León, opera con un supuesto experto financiero especializado en lavar dinero y en estar al acecho del cliente respecto a los adeudos que tiene el comprador, derivado del comportamiento de pago. Esté rufián siempre está en contacto con la vendedora y así ver en qué momento la persona que adquirió un inmueble, cae en un posible incumplimiento respecto al contrato, para entrar en contacto con los abogados (un penalista y otro civilista).
Estos personajes, tienen sus despachos en la “zona dorada” de León, uno en prolongación avenida insurgentes y el otro, en Jardines del Moral. Dependiendo del incumplimiento del contrato de compraventa en cuestión, entra en acción el amable y simpático penalista o bien, el inmoral abogado en materia civil para ofrecer una “muy buena negociación” a quién firmo el contrato privado con la inmobiliaria, destacando por ejemplo, que la persona que suscribió el contrato privado, no tenía personalidad jurídica y otras consideraciones legales al respecto, presentando cuentas y números que sacan quién sabe de dónde, para engatusar y confundir al cliente.
A está organización criminal de “cuello blanco” les vino muy bien, como dijera el célebre presidente López Obrador, “como anillo al dedo” el escándalo inmobiliario del caso Punto Legal, firma de un despacho de abogados en León, quienes defraudaron a cientos de personas, que pagaron por casas que nunca les entregaron y que, de acuerdo con versiones periodísticas, los montos por cada operación oscilaban entre 200 y 300 mil pesos. Cifras que, para el Nuevo Cártel Inmobiliario de León, son minucias ya que ellos defraudan por cada operación con montos arriba de los 13 millones de pesos, en adelante.
En la próxima entrega, entraré a detalles del caso vivido por estos profesionales de la delincuencia organizada en León. Desde luego, que no todos los profesionales de las ventas inmobiliarias, contadores, abogados y notarios son delincuentes. ¡De ninguna manera!
¿No cree usted?
Dr. Carlos Dìaz Abrego