OPINIÓN

El reto del ciclo escolar 22-23

Y entonces un gran reto de los docentes y directivos será el organizar el trabajo áulico con niños que, estando nominalmente en el mismo grado, tienen una gran diversidad en el logro de los aprendizajes curriculares. La situación es muy semejante a trabajar con grupos multigrado

Escrito en GUANAJUATO el

Los últimos cuatro ciclos escolares han sido muy distintos entre ellos. El ciclo 18-19 se llevó a cabo de manera normal. El ciclo 19-20 se desarrolló normalmente hasta el 16 de marzo, fecha en que se decretó la suspensión de las clases presenciales, de manera que el último tercio del curso se desarrolló a distancia, improvisando formas y medios. La pandemia tomó por sorpresa a las autoridades educativas, a directivos, a docentes, a estudiantes y a padres de familia. Estos últimos, de un día para otro, tuvieron que involucrarse en las actividades educativas de sus hijos, apoyándolos y apoyando la labor de los docentes.

El ciclo 20-21 se desarrolló totalmente a distancia. Repuesto del sobresalto que implicó la llegada de la pandemia, el sistema educativo desarrolló estrategias para que el trabajo continuara desde casa. El uso de redes sociales, el empleo de plataformas de videoconferencias y la transmisión de los programas de televisión "Aprende en Casa" fueron parte de una estrategia nacional que intentó llegar a la mayor cantidad posible de alumnos.

El ciclo 21-22 inició vacilante. Primero se abrieron las escuelas para que acudiera sólo una parte de los estudiantes a los salones y otros permanecieran en casa. Cada escuela diseñó su propia estrategia para determinar cuándo le tocaba a cada estudiante acudir a clases presenciales. Un rebrote de la pandemia obligó el cierre abrupto de las escuelas nuevamente en el mes de enero. Pero para marzo ya estaban reabiertas. Al principio con un aforo moderado en las aulas y después con aforo completo. De tal manera que el ciclo concluyó con clases presenciales con aforo completo. Terminó de manera normal, salvo porque fue un ciclo excesivamente largo, pues los docentes iniciaron sus talleres de actualización el 16 de agosto y concluyeron hasta el 29 de julio de este año. Pareciera que el sistema educativo buscaba con ese alargamiento recuperar el aprovechamiento académico de los estudiantes.

Lo cierto es que esta irregularidad en la forma de prestación del servicio educativo ha ampliado las diferencias en el aprendizaje de los estudiantes. Mientras algunos tienen acceso ilimitado a la internet, otros no tienen ese servicio al alcance. Mientras unos contaron con el apoyo de sus padres -principalmente de sus mamás- otros quedaron solos en sus casas por la necesidad de sus madres de seguir trabajando, o bien, el nivel cultural-digital de algunas madres y padres no les alcanzó para apoyar de una manera eficiente a sus hijos.

Esto ha traído como consecuencia, que la diversidad en las aulas sea mayor que antes, pues mientras algunos continuaron aprendiendo y las condiciones familiares les permitieron adaptarse a las distintas modalidades, para otros las condiciones no fueron favorables y se rezagaron de manera importante. Otros, finalmente, no mantuvieron comunicación con los docentes durante la pandemia, por lo que es evidente que ahora requieren de mayor apoyo.

Y entonces un gran reto de los docentes y directivos será el organizar el trabajo áulico con niños que, estando nominalmente en el mismo grado, tienen una gran diversidad en el logro de los aprendizajes curriculares. La situación es muy semejante a trabajar con grupos multigrado. No es fácil, por eso, para lograr este reto es necesario que los profesionales de la educación echen mano de todas las herramientas aprendidas en su formación inicial normalista, lo mismo que en la formación continua que desarrollan en el espacio conocido con Consejo Técnico Escolar y cada quien por su cuenta.

Los directivos, los docentes y los estudiantes ya están listos para iniciar las clases de un nuevo ciclo escolar el próximo lunes 29 de agosto. Debilitado el virus -aunque aún activo- y vacunados los docentes, los padres de familia y los niños, todo apunta a que éste será un ciclo escolar normal, con clases presenciales de principio a fin. Que sea para bien de la niñez, que es la razón de ser de todo el sistema educativo en su conjunto.