No deja de sorprendernos el Presidente de México. Llevamos cuatro largos años escuchando y viendo discursos e historias impresionantes e impresentables por parte del Titular del Ejecutivo Federal y de su gobierno, legal y ampliado. Y aún, nos sigue sorprendiendo a todos los mexicanos por igual, la cantidad de cosas inverosímiles que estamos viviendo de la mano de López Obrador. Ahora resulta, que el propio mandatario nacional convoca a una gran marcha, que él directamente encabezará el domingo 27 de noviembre.
¿Cuándo? ¿Cuándo? Se había visto a un Presidente de la Nación, convocar una marcha que él mismo encabezaría con el falaz pretexto, de salir a festejar sus cuatro años de gobierno, para mostrar a los mexicanos su capacidad de convocatoria y así, confrontar la gran marcha ciudadana que salió a las calles de las ciudades más importantes de México y mostrar su inconformidad, por la Reforma Electoral que pretende imponer AMLO a como dé lugar. Entiéndase, a la fuerza si hay necesidad.
No pudo soportar López Obrador, ver el río de gente que tomó las calles y avenidas mas importantes del país y expresar su repudio a su iniciativa electoral y evidentemente, en contra de sus políticas públicas y su nefasto gobierno. Aún cuando él mismo, trató de desdeñar la marcha ciudadana y, sobre todo, el número de ciudadanos y ciudadanas, así como de familias completas que salimos a las calles a expresar libremente nuestras ideas y pensamientos.
Por más esfuerzo de manipular las cifras, con cifras oficiales del gobierno de la CDMX y de instituciones públicas federales, así como algunas locales, fue imposible tratar de engañar al pueblo, que la marcha ciudadana haya sido intrascendente. Ante las imágenes de diversos medios de comunicación electrónicos e impresos y que decir, de las redes sociales, fue literalmente imposible alterar o modificar lo evidente. Ahora, una vez más, quiere confrontar a los mexicanos, con una concentración pública, claramente manipulada y “maiceada” con los programas sociales.
Una vez más, López Obrador quiere jugar y manipular con la importancia, pero, sobre todo, con la noción que representa en una sociedad que, de verdad, esté en un proceso de cambio o transformación en un sentido positivo y no, todo lo contrario que sucede en México, una auténtica involución o retroceso político. Me refiero a la movilización política, que es uno de los procesos más importantes a considerar, para entender los fenómenos de cambio en un régimen.
AMLO quiere vender la idea de que la sociedad o más bien, la comunidad política ha cambiado, por consiguiente, es madura y sabe perfectamente bien lo que hace, estando consciente de su pertenencia política y social, cuando todos sabemos en México, que esa muchedumbre que acudirá a la concentración es totalmente manipulada y forzada a asistir a la marcha del domingo, porque tiene cooptados a los pobres con el dinero que entrega vía los programas sociales. Todos los mexicanos sabemos, cómo está estructurada esa comunidad política y cual es la verdadera razón de estar ahí en la movilización y por supuesto, su incondicionalidad al presidente: el dinero público que compra las conciencias de los más pobres del país.
La confusión conceptual y por supuesto, la manipulación permanente y constante de López Obrador, es la moneda de cambio que pretende vender al interior del país y que decir, en el exterior, de la supuesta transformación que vive la nación mexicana, con la movilización que pretende hacer, con la idea discursiva de una supuesta modernización, integración, la participación, electoral o no, el trasvase de recursos, la socialización e incluso la institucionalización.
Todo esto solo está, en la cabeza e imaginaria del loco y desquiciado presidente, que insiste una y otra vez, en vender una transformación que más bien, se ha convertido en una deformación de la vida del pueblo de México.
¿No cree usted?
Dr. Carlos Díaz Abrego