León-. A Don Gregorio le quitaron su carrito de pan mientras circulaba por la calle Hermanos Aldama, personal de la Dirección de Mercados a pesar de que vieron al pandero en condiciones vulnerabilidad, le despojaron del único modo que tiene de subsistir: vender sus piezas de pan gigantes. Gregorio tiene más de tres décadas comercializando pan en el centro de León y otras colonias.
Se llama Gregorio tiene 67 años de edad y está enfermo del corazón, aun así, encuentra la fuerza necesaria y el valor para salir todos los días a vender pan. Vive en la Colonia San Martín de Porres, sale de su casa desde temprano para ganarse la vida: “Para tratar de ganarme unos centavos”, dijo a La Silla Rota.
Los días difíciles de Don Gregorio
Por su estado avanzado estado de edad y por problemas en el corazón, Don Gregorio tiene que llevar una tarjeta puesta en su playera en la que, por cualquier emergencia, se pueden comunicar a esos números.
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Gregorio no se da por vencido, pese a que está enfermo del corazón saca adelante a su esposa que lo espera en casa, también ella está enferma, contó a este medio.
Con la respiración entre cortada, con la delgadez de su cuerpo tira de su carrito y recorre largas distancias vendiendo sus piezas de pan de gran tamaño. A Gregorio se le nota el cansancio, la edad, los años trabajados en el calor del horno y del pavimento de la ciudad de León.
Su condición de enfermedad no le impide salir a trabajar y vender sus grandes piezas de pan que llaman la atención de quien las vea pasar por la zona centro, regularmente se le ve pasar por la avenida Miguel Alemán.
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