DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Ser una niña y vivir acoso en la Oruga: leonesas alzan la voz

Los años pasan y a pesar de las protestas y ejercicios para concientizar de estos actos violentos, los agresores siguen existiendo y las víctimas se siguen acumulando

Escrito en GUANAJUATO el

León.- Un día, en secundaria, cuando Lilian tenía 14 años, llegó a la escuela un poco agitada. Regularmente aparecía en el salón sin aliento después de correr con la pesada mochila un par de cuadras desde donde la dejaba el camión hasta el colegio, pero esta vez se veía distinta. “Un señor me hizo algo raro”, dijo confundida.


Su papá estaba ausente y su mamá trabajaba. Lilian tenía que abordar el autobús y caminar a la escuela, y de regreso a casa, sola, por lo que su seguridad yacía en sí misma y en la confianza de que otras personas la respetaran.


Tenía 14 años, a penas estaba entrando a la adolescencia cuando sufrió su primera experiencia de acoso. Iba sentada en el camión camino a la secundaria cuando sintió que alguien le tocaba el tobillo desde el asiento de atrás. Estiró las piernas para alejar los pies, pero el hombre detrás de ella estiraba sus piernas de igual forma para alcanzarla. Él era un adulto de 40 años, ella a penas salía de la niñez


La historia se repite una y otra vez. Los años pasan y, a pesar de las protestas y ejercicios para concientizar de estos actos violentos, los agresores siguen existiendo y las víctimas se siguen acumulando. El acoso también viaja en transporte público
De acuerdo a una solicitud de transparencia realizada por La Silla Rota, del 1 de enero de 2022 al 30 de noviembre del mismo año se registraron un total de 13 eventos por abusos erótico sexuales, los camiones de León.


Las líneas con mayor incidencia se distribuyen de la siguiente forma:


Oruga Línea 1 – 4
Oruga Línea 2 – 2
Oruga Línea 3 – 1
Alimentadora 35, Oruga Express 4, Alimentadora 48, Ruta 60 – 1 en cada una 
Sin especificar – 2 

Entre ellas se cuidan: señora pide a chófer dejar de acosar a estudiante


Cuando Paloma tenía 19 años de edad tomó, como de costumbre, el camión a la universidad. Ya había experimentado el acoso en varias ocasiones y sabía que cuando se llenaba, como esa vez, era altamente probable ser tocada sin su consentimiento, por lo que decidió mejor bajar por la parte frontal, pero el chófer se lo impidió.


“Fueron menos de dos minutos de preguntas y de no abrirme la puerta, pese a que el camión iba lleno. Sentí mucho miedo, hasta que una señora que iba hasta el frente dijo ‘ya arranca y déjala bajar’, abrió la puerta y bajé corriendo. Ese día llegué temblando a mi casa. 


Ser una niña o usar pantalón, “el acoso iba a estar presente”


Mónica tenía 14 años, iba con su mamá en la Oruga cuando un hombre de 50 años le tocó los glúteos. Las experiencias de acoso no pararon ahí: a los 15 años, de regreso de la secundaria, un hombre mayor la siguió hasta su casa.
“Desde entonces, si yo sé que voy a caminar o usar transporte público, escojo mi ropa de acuerdo al tipo de exposición que voy a tener. Trato de tener la menos visibilidad porque sé que me van a acosar. Aunque evidentemente no depende de la ropa. Después me di cuenta de que no importaba lo que usara, el acoso iba a estar presente”, reflexiona Mónica. 

El silencio por miedo a ser revictimizada: “no le conté a nadie”

Alejandra volvía a casa después de pasar una noche fuera con sus amigos cuando en un paradero de la Oruga un hombre se acercó a ella para acosarla. Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, así que fingió ser novio de ella ante la mirada de los usuarios del transporte público para evitar llamar la atención. 


Alejandra, que había ingerido un poco de alcohol no podía quitárselo de encima a pesar de que manifestar que no lo quería cerca de ella. Nadie la ayudó.


“Me traumó, me dolió mucho. No le conté a nadie porque incluso te da pena. Luego te dicen que eso te pasa por estar tomada. Yo sí creo que es algo que tenemos que cuidar, pero eso no exime la responsabilidad que tienen ellos como acosadores”.


Solo se investigaron 5 casos en un año


Este silencio motivado por el temor a ser señalada como responsable, como el que sintió Mónica por usar falda escolar cuando tenía 14 años, el de Paloma cuando no quiso alzar la voz para no hacer un “problema” mayor, o el de Alejandra para que no la juzgaran, es el que abona a la falta de denuncias.


De acuerdo a datos obtenidos mediante una solicitud de transparencia de La Silla Rota a la Fiscalía de Guanajuato del 1 de enero de 2022 a 9 de diciembre del mismo año se realizaron 5 investigaciones por acoso.


Los hechos se registraron en las rutas 35 y 83, las líneas de la Oruga 4 y 5 y en el paradero ubicado en bulevar López Mateos en la colonia La Martinica.


En este momento miles de mujeres debajo del Arco de la Calzada en León se preparan para marchar y pedir un alto a estos actos de violencia.

 

KD