SEGURIDAD

"Para allá no voy, joven": taxistas evitan colonias peligrosas

Prefieren dejar ir un cliente que arriesgarse a ser víctimas de un asalto o de lesiones

El conductor de esta unidad fue asesinado el pasado 25 de mayo, durante un asalto en Las Joyas.
El conductor de esta unidad fue asesinado el pasado 25 de mayo, durante un asalto en Las Joyas.
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Escrito en GUANAJUATO el

León.- Por el riesgo de asaltos en ciertos puntos de la ciudad, donde los delincuentes no solamente quitan su cartera y celular a los taxistas, sino que también los despojan del auto e incluso llegan a herirlos, hay colonias que están vetadas por los operadores. Prefieren perder un cliente a correr el riesgo.

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Las amargas experiencias que constantemente sufren los trabajadores del volante los hacen compartir con sus colegas cuando los asaltan. No para pedir ayuda, sino para correr la voz de alerta de forma solidaria y que no haya más víctimas.

Ellos tienen su “atlas de riesgos” en el que diferentes zonas de León, tanto del área urbana como en la suburbana, son a las que simplemente no van.

En este caso hubo la suerte de recuperar el vehículo robado.

“Ya arriesgándole, los dejamos en avenida principal a la entrada de esas colonias”, señala Jorge Aguayo, operador de taxis con 20 años de experiencia en las calles de la ciudad, donde le ha tocado vivir de primera mano los riesgos ante asaltantes empistolados o con navajas.

No entran ni a patadas

Las colonias peligrosas son, por defaul, la Morelos o “El Guaje” y Lomas de Echeveste, territorios de pandilleros y narcomenudistas.

Pero se suman la Diez de Mayo, Maravillas y las del polígono de Las Joyas, que incluye Frutales de la Hacienda, La Fragua, etcétera.

A esas hay que agregarles La Esmeralda, que queda por la carretera a Cuerámaro, Santa Teresa, Santa María de Cementos y San Juan de Abajo.

De acuerdo con Aguayo, quien está adherido a Línea Dorada, también “hay que tener en cuenta el tipo de pasajero y la hora”. Una señora que evidentemente viene de trabajar, o una familia que aborda el servicio en el centro, inspiran más confianza que jóvenes con aspecto sospechoso. En esto, más que el prejuicio, influye el conocer a los tipos de personas.

Ya arriesgando, se puede acordar con el pasajero que lo dejarán sobre una avenida principal. En estos casos no desconfían del cliente, sino del destino, pues meterse a los terrenos de pandilleros equivale a ir a llevarles el reloj y la cartera.

O aún peor, el auto que es la herramienta de trabajo. La asegura lo repondrá con el correspondiente deducible, pero habrá que perder tiempo, dinero y muchas horas de trámites. En un caso extremo hasta la vida, como ha ocurrido.

A todo eso conduce la inseguridad que se vive de manera extrema en muchas de las colonias de León.

CV