León-. Un pasillo oscuro con escaleras sucias son la entrada a Cinema León, un lugar donde se exhiben películas pornográficas por 40 pesos. Las salas clandestinas están sobre la calle Comonfort#319, en el centro de la ciudad. Ahí donde "pasa de todo" y tres funciones se repiten a lo largo del día, son el atractivo para hombres y mujeres de todas las edades. ¿Lo conoces?
Los posters de escenas eróticas y mujeres exuberantes son el camino a una aventura prohibida.
Cinema pasa desapercibido desde cualquier punto de la calle Comonfort, están ubicados a unos metros del Mercado Comonfort, a un costado de una importadora grande y una casa habitación color rojo. La lona blanca colocada en la parte de arriba está desgastada, apenas y se alcanza a leer "Cinema", un espacio que lleva más de 17 años abierto al público sin que muchos se dieran cuenta de sus existencia.
Mientras afuera se escucha el ajetreo de los clientes del Mercado Comonfort o de la avenida Miguel Alemán, adentro adultos consumen pornografía sin preocupación y en la clandestinidad.
El pasillo parecer llevarte a un bar oculto, pero en realidad se trata de un cine para adultos. Al subir, la recepción es oscura y hay un guardia que se encarga de la seguridad. Hombres de todas las edades entran y salen del lugar, algunos incluso sudando y temblando, como un joven de aproximadamente 28 años que al salir de la función pidió su mochila y se fue diciendo "gracias".
La entrada a este cine cuesta 40 pesos. Testimonios relatan a La Silla Rota que son tres películas las que se proyectan a lo largo del día, se repiten. No hay cartelera. El tiempo dentro de las salas es indeterminado, los clientes pueden durar todo el día o hasta media hora. Parece que en el cine todos se conocen, los aficionados se saludan entre sí e identifican a la recepcionista.
Desde afuera se escuchan los gritos de las mujeres en escena, como cualquier cine.
Lo curioso es que en las salas las parejas pueden intercambiarse, incluso el hombre o la mujer pueden recibir propuestas de otros clientes bajo el riesgo de no aceptar que tu acompañante ceda y desatar algún conflicto.
Ambos géneros reciben ofrecimientos de todo tipo, así que una orgía (actividad sexual en grupo) no sería algo nuevo en este cine. Ahí las reglas no existen.
"Ahí adentro pasa lo que tú quieres y permitas", advierten testimonios en Cinema León.
Los hombres que acuden a este lugar, porque en ese momento La Silla Rota detectó solo la presencia de hombres, van desde los 28 hasta los 45 años. Desde varones con vestimenta formal hasta motociclistas o chicos de aspecto popular. Al cine también entran personas de la comunidad LGBT, gays, lesbianas, transexuales, no binarios.
Eran las 7 de la tarde y no dejaban de entrar y salir clientes, tomando en cuenta que es el horario en que muchas personas salen de trabajar.
En la entrada a la sala, un hombre de aproximadamente 40 años esperaba a una joven pareja que entraría al cine por primera vez. Su mirada fija provocó que finalmente los novios se fueran, con el miedo de experimentar un acto desagradable.
"Ya les están echando el ojo", dice una mujer a la pareja que entraría al cine, para referirse al hombre que los esperaba en la entrada.
Los adultos que entran ahí, según testigos, se responsabilizan de lo que suceda y hasta que nivel. En caso de que la situación suba de tono hay un guardia de seguridad afuera, al que pueden buscar para pedir ayuda.
En la recepción venden botana, golosinas y refrescos. También hay una estantería donde los clientes pueden dejar sus pertenencias o mochilas, a la salida se las entregan.
A Cinema no pueden entrar menores de edad, los hombres que comúnmente asisten son adultos. En la entrada también hay trabajadoras sexuales en busca de clientes.
El lugar está a unos kilómetros del cine para adultos que cerraron hace unos años, atrás de Calzada de los Héroes, en La Martinica. Ese espacio fue concurrido por muchos años y operaba de forma legal, con taquillas como cualquier otro cine, hoy solo quedan paredes viejas y abandonadas.
Se desconoce si este cine cuenta con los permisos para operar, son casi dos décadas las que llevan en la calle Comonfort.
FOTOS: LA SILLA ROTA