GUERRA RUSIA-UCRANIA

Leópolis, la ciudad hermana de León, bajo guerra en Ucrania

Hace siete años, ambas ciudades iniciaron el proceso de hermanamiento, para la promoción de negocios y de turismo

En el centro de Leópolis, los habitantes tratan de continuar con la vida normal.
En el centro de Leópolis, los habitantes tratan de continuar con la vida normal.Créditos: Especial
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León.- En junio de 2015, el alcalde de León, México, Octavio Villasana, acordó con el embajador ucraniano, Ruslan Spirin, el hermanamiento de esta ciudad con Leópolis, Ucrania. El acuerdo de ciudades hermanas impulsaría oportunidades comerciales y turísticas entre ambas localidades.

El Teatro de Ópera de Leópolis.

A siete años y medio de distancia, hoy aquella ciudad fronteriza con Polonia vive las atrocidades de la guerra bajo el asedio ruso. En estos días es azotada por bombardeos y sin electricidad.

Se trata de la ciudad más importante en el poniente de Ucrania, la sexta más importante del país y capital cultural ucraniana, con habitantes en su mayoría políglotas.

Se le conoce como “La ciudad de los mil nombres”, pues desde su creación en el Siglo XIII ha cambiado de manos en diversas ocasiones. En español es Leópolis, pero en ucraniano Lviv; en polaco Lwów, en ruso Lvov y, cuando formó parte del Imperio Austrohúngaro fue Lemberg.

 

Ante la adversidad, orden

 

“Este año no tenemos electricidad; el año que viene no tendremos a Rusia, se dicen los leopolienses.

Han puesto todo su empeño por apoyar a su patria, cada quien desde su trinchera. Halyna Kriloshanska, profesora de idiomas en Walnut Creek, en California, Estados Unidos, promueve en su comunidad colectas de ayuda humanitaria para enviar a su país. Ha hecho llegar a Ucrania toneladas de material quirúrgico, medicamentos y accesorios útiles para la población civil y para los miltares que se encuentran en combate.

Pablo, de seis años, hace su aporte para respaldar a su país.

Comparte también en sus redes sociales una lista de Amazon con los artículos que necesitan los soldados ucranianos, como impermeables camuflados, torniquetes y otros artículos de primeros auxilios.

Y mientras desde Moscú se dice que los bombardeos son justificados, continúan los ataques a la infraestructura básica en Leópolis, con la intención rusa de bajar la moral de los ciudadanos.

Pablo, un leopoliense de seis años de edad, se puso a vender galletas para recaudar fondos para las Fuerzas Armadas de Ucrania.

El niño, junto con su madre Khrystyna Hashenko-Kikot, horneaba todos los sábados, y los domingos el pequeño voluntario los vendía cerca de las iglesias. Juntó 12,000 grivnas, el equivalente a algo así como 6,300 pesos mexicanos.

La ciudad ha aprendido a mantenerse activa bajo la adversidad de la guerra, mientras ya se habla, entre los locales, de que Polonia acelera los preparativos para anexarse esa región, a 40 kilómetros de su territorio.

 

CV