León.- Su nombre está por todos lados; calles, recintos culturales, premios y concursos son bautizados en honor al leonés Efrén Hernández un escritor que comenzó siendo zapatero, vivió en la pobreza y se convirtió en una de las figuras literarias más importantes del país.
Hace 116 años, un primero de septiembre de 1904, nació en la pequeña ciudad zapatera de León de Los Aldama un hombre que más adelante se convertiría en uno de los autores más vanguardistas y originales de la época.
La juventud de Efrén transcurrió no muy diferente a la de muchos leoneses. Durante su crecimiento en la ciudad, aprendió el tradicional oficio de la zapatería, fue platero y trabajó como dependiente en una tienda de ropa.
Mientras era un joven adulto vivió en la ciudad de México, donde a los 21 años comenzó sus estudios en la carrera de derecho. Solo tres años después terminó por abandonarla para adentrarse en el mundo de la escritura y la literatura.
El mismo año que dejó la licenciatura publicó su primer obra, un cuento titulado Tachas, mismo nombre con el que el autor fue apodado y sigue siendo conocido. Esta historia con la que debutó trata de un joven estudiante que a partir de la simple pregunta de su profesor "¿qué cosas son tachas?" comienza a divagar e, inmerso en sus pensamientos, busca la respuesta. La obra rompió con los paradigmas de la época al no seguir la tendencia de narraciones postrevolucionarias.
Ahora, Tachas es una de las novelas más populares en México, aunque en su momento no fue reconocida al ir en contra de la corriente usada por muchos. En sí, la figura del mismo Hernández fue lo contrario a popular. El rebelde escritor no formó parte de los exclusivos e intelectuales grupos de artistas y decidió unirse a uno con inclinaciones únicas como las de él mismo.
Toda su vida la llevó en pobreza, no tenía mucho dinero sin embargo, bajo esas circunstancias, escribó obras que se destacaron de igual manera. Entre los títulos que se le atribuyen se encuentran: El señor de palo, Hora de horas, Cuentos, Entre apagados muros, Cerrazón sobre Nicomano y La paloma, el sótano y la torre.
Efrén Hernández también fue impulsor de otros autores como Juan Rulfo y Rosario Castellanos e inspiró a algunos como José Arreola, José Revueltas y Octavio Paz.
A Solo nueve años de publicar su última obra, La paloma, el sótano y la torre (1949), el leonés Efrén Hernández Hernández falleció en su casa en Tacubaya a los 53 años de edad.
Aunque en vida no fue tan reconocido, hoy su nombre se encuentra por doquier y su legado es inspiración de los futuros artistas mexicanos.
PR