León-. ¿Te has puesto a contar el número de personas indigentes en León? Esos hombres, en su mayoría, y algunas mujeres que recorren las calles de la ciudad como "fantasmas". Con una cobija en mano, un pantalón desgastado, unos zapatos viejos y una playera rota. Aquellos que no tienen un hogar donde dormir o que huyeron de él. Aquellos que improvisan techos en medio de las lluvias de verano y o en el frío de navidad.
En 2020, en León se tienen detectadas 71 personas en situación de calle, de acuerdo con el Sistema del Desarrollo Integral de las Familias (DIF). El área de comunicación de la dependencia informó que la mayoría son originarios de este municipio, el resto de otros estados y ciudades como Jalisco, Michoacán, Aguascalientes, Nuevo León, Chiapas y Ciudad de México.
El 90% de los indigentes reconocieron que sí tienen un domicilio pero atraviesan por alguna adicción, entre ellas el alcohol, los solventes, marihuana y metanfetaminas. Situación que genera una ruptura en el tejido familiar y social que conlleva a permanecer en la calle y sentirse rechazados, informa el DIF.
El promedio de personas contabilizadas como indigentes es de 70 a 80 personas por año. La dependencia señala que algunos van de paso, por eso el número puede variar cada año, actualmente tienen identificadas a 71.
"DIF León realiza resguardo, reintegración al núcleo familiar, rehabilitación y apoyo de transporte".
La zona centro se ha vuelto el punto con más indigentes, la mayoría hacen suyas la calle Madero, el Malecón del Río, la Central Camionera y las zonas de mercados.
¿CÓMO VIVEN LOS INDIGENTES EN LEÓN?
Recostados en una esquina con una cobija como su única compañía, los indigentes no sienten el tiempo.
Con una mirada perdida caminan contrarreloj, o se acuestan en las jardineras de la zona centro. Si están despiertos ven como la gente pasa y se agita porque va tarde al trabajo o a la escuela. Si están dormidos, tal vez para ellos es lo mismo despertar de día o de noche.
En La Silla Rota documentamos cómo viven. Por ejemplo, el joven de aproximadamente 30 años que ha invadido la calle Hermanos Aldama. El chico del cabello enmarañado que hace sonidos extraños con la boca cada que pasa una persona frente a él. O el chavo de la calle Constitución, que seguramente no pasa de los 35 años. El mismo que tiembla cada segundo y se toca la cabeza por el efecto de alguna droga.
En la calle 20 de enero está otro señor de aproximadamente 50 años. Sentado con la cabeza hacia abajo, dormido. Junto a él una bolsa negra, una bota, un periódico y un envase de Electrolit. De lejos solo se ve su gorra roja. Está en la esquina, afuera de una casa en renta, bajo la sombra de un árbol.
Cerca del Jardín Principal está otro hombre con pantalón beige, playera roja y chamarra negra. Acostado boca arriba frente a un negocio cerrado, cuidando que sus pies no estorben a la gente que pasa, gente que ni siquiera lo voltea a ver.
Y como olvidar a El Mochilas, ese señor que se ha vuelto un icono de León y al que incluso le dedicaron un mural en la zona centro. El hombre de las gafas rotas que carga un número de mochilas difícil de contar. Solo él sabe que tiene ahí. Camina y camina, le da la vuelta a la zona centro y no para. A veces trae puestos unos audífonos conectados a un aparato reproductor antiguo. ¿Escuchará Daydreaming de Radiohead u otra canción larga e interminable para olvidarse del bullicio? Solo él sabe. A lo mejor no está escuchando nada.
EL PANORAMA ESTATAL
Ser indigente es una situación diferente a la de las personas que se refugian en los albergues, pues estas a veces se acercan a los refugios por problemas familiares, económicos, o de adicciones, pero se resisten a vivir en las calles.
De acuerdo con la tabla de Alojamientos de Asistencia Social 2020 del Inegi, en Guanajuato 9 mil 544 personas pidieron apoyo en 2020; del total la mayoría (7 025 personas) pidieron ayuda en centros de rehabilitación durante el año.
El cristal fue la droga más consumida por personas entre 12 y 24 años durante la pandemia, explicó a La Silla Rota la directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en Guanajuato, en febrero pasado. El confinamiento provocó crisis dentro del ámbito familiar que hizo que las personas buscaran esta droga.