
Antes cuando los bares de León operaban con normalidad y cuando la pandemia generada por la propagación del virus COVID-19 en el mundo no era una realidad y menos una nueva “normalidad” la calle madero se llenaba de gente.
La ausencia de los consumidores en la calle Madero, parece indicar que cada día más personas están comprendiendo la gravedad de la situación sanitaria que se vive. Con los casos y defunciones por COVID-19 al alza en la entidad son cada día más los jóvenes que ya ni si quiera van a los bares y restaurantes que siguen abiertos.
Los fines de semana, comenzando desde el miércoles hasta el sábado por la noche el centro de la ciudad, desde el Arco de la Calzada cientos de jóvenes llenaban los antros, bares y cantinas del centro.
La afluencia de gente comenzaba desde las 8 de la noche, a partir de ahí hasta las 5 de la mañana la gente caminaba por la calle madero. Los jóvenes cruzaban la calle para ir de un bar a otro, múltiples veces, incluso visitando hasta cuatro bares en una sola noche.
Jesús cuenta que pasó sus últimos años de la universidad yendo una vez a la semana a distintos bares y festejando cumpleaños o el fin de periodo de exámenes con amigos. Hoy, con su madre y hermano enfermos de COVID-19, dice que ir al centro puede ser mortal.
“No encantaba ir a los bares y cenar tacos en la taquería del centro, pero ni de chiste voy ahorita. No quiero contagiarme ni contagiar a nadie y que la gente muera por mi culpa.”, expresó Jesús.
El restaurante Wings Army apenas tiene cerca de 5 personas en su establecimiento y la luz prendida del local es la única que ilumina la calle a sus alrededores.
En días pasados, Javier Quiroga López, presidente de la Asociación de Bares y Cantinas del Estado de Guanajuato le comentó a la Silla Rota Guanajuato que el mantenerse cerrados es una catástrofe económica el cierre de operaciones.