Parece que los paseos al Parque Hidalgo han tomado una pausa. Los juegos lucen vacíos, no hay niños que corran felices entre uno y otro. Sus áreas verdes, están casi vacías. Muy pocas son las familias que descansan bajo las sombras de los árboles.
El popular parque, está ubicado en la orilla de la zona centro de León. El boscoso recinto suele refugiar a las cientos de familias que buscan aire fresco en medio de la ciudad. Sus áreas de juegos gratuitos son el principal atractivo, suelen reunir la mayor cantidad de visitantes. Sin embargo, en medio de la contingencia por coronavirus, el Parque Hidalgo parece abandonado.
La gente usa los pasillos solo para atravesar la cuadra. Las hojas caídas, nadie las recoge.
Recién entró Guanajuato en Fase Dos de emergencia sanitaria por Covid- 19 y sus parques y recintos públicos, fueron bloqueados para evitar grandes cantidades de personas reunidas. Esto como medida, para evitar la propagación del virus que ha acabado con miles de vidas alrededor del mundo.
Los columpios fueron enredados y atados con un alambre al poste superior.
A los juegos y bancas del histórico parque, les pusieron una cinta amarilla. La finalidad, bloquear su uso. Pues por la gran cantidad de personas que suelen utilizarlos, se consideran un peligroso foco de contagio.
Días después, vecinos reportaron en redes sociales, que los visitantes no acataron la medida sanitaria. Las cintas fueron arrancadas, los niños comenzaron a utilizar los juegos sin parar y los adultos, hicieron uso de las bancas.
Las cintas están desprendidas y en el suelo.
Días después de que se viralizó la inconciencia de las personas al acudir al parque en medio de la cuarentena, parece que “la pedrada” ha caído bien. Hoy el parque, esta en silencio. En las diferentes áreas de juego, solo hay 3 niños jugando. Además de unas cuantas familias, parejas y personas que reposan bajo la sombra de los viejos árboles. Todos mantienen la distancia recomendada.
Y aunque a los juegos, las cintas de peligro, no le han sido repuestas, aún se ven algunos cuantos vestigios de las cintas arrancadas. Los pasillos, lucen polvorientos. Las hojas caídas de los árboles, están regadas. Nadie está cuidando y limpiando, el solitario parque.
Son pocas las familias que salen de la cuarentena con rumbo al Parque Hidalgo.