CENTRO HISTÓRICO

Guanajuato: INAH clausura enorme árbol de Navidad Coca Cola y arrancan los sellos

El INAH clausuró el gigantesco árbol navideño de Coca-Cola instalado en el Centro Histórico de Guanajuato por afectar la imagen patrimonial, pero los sellos amanecieron arrancados, desatando la indignación ciudadan

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Primero fue la molestia. Capitalinos despertaron la semana pasada con un enorme árbol de Navidad estorbando el paisaje del Centro Histórico de Guanajuato. Después fue el alivio: el INAH intervino y lo clausuró. Hoy es la indignación: amaneció con los sellos arrancados.

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El paisaje en Guanajuato capital es, por donde se vea, una colección de postales irrepetibles. No son la modernidad ni la innovación lo que hace mágica esta ciudad. Son la gente, los edificios clásicos, los templos antiguos. Es su pasado congelado en el presente. La ciudad vibra gracias a ello.

Por eso, cuando días atrás amaneció con un gigantesco árbol de Navidad en medio del corazón de Guanajuato, nadie pudo contener su indignación. No era un adorno: era un anuncio. El rojo de Coca-Cola se interponía entre cualquier intento de mirar la ciudad.

Girar la cabeza para mirar el Teatro Juárez era encontrarse con la sorpresa de un producto promocional saturado con esferas rojas brillantes. Buscar con la mirada el monumento al Pípila terminaba con este histórico sitio siendo bloqueado con el repetido logotipo que envolvía el árbol de Navidad como un regalo. Lo mismo pasaba al mirar el Jardín de la Unión o el templo de San Diego de Alcalá.

La capital, considerada Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, se volvió de la noche a la mañana utilería. En marketing le llaman product placement. Es la inserción “natural” de una marca en un espacio; aquí no fue natural: fue un golpe visual.

Protectores, los capitalinos expresaron su disgusto y fue cuestión de un par de días para que el INAH tomara cartas en el asunto y suspendieran la obra. El humor cambió una mañana cuando sellos de “obra suspendida” amanecieron colocados sobre todo el árbol.

Crédito: Aconteceres Guanajuato

El alivio no duró tanto. Esta mañana los sellos del INAH ya habían sido arrancados. Solo los restos de papel pegado que se movían con el viento quedaron como evidencia de la intervención del INAH.

El árbol sigue ahí. Lejos de causar alegría y espíritu de paz, Coca-Cola provocó la molestia e indignación de ciudadanos y turistas.

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