Guanajuato-. La figura de un gigante de cantera sobresale entre los cerros y el caserío de la ciudad de Guanajuato; el hombre con el torso desnudo que levanta una llama es el monumento a El Pípila: un insurgente que fue minero y que permitió la entrada a la Alhóndiga de Granaditas, sin embargo, existe el debate de si realmente existió o no el personaje histórico.
El debate de si existió o no el famoso insurgente que cargó una enorme losa de piedra a sus espaldas se ha dado entre historiadores y versiones de este suceso histórico, Lucas Alamán quien vivió en Guanajuato cuando las tropas insurgentes llegaron a la ciudad explicó en su libro Historia de México (de 1846) que el cura Hidalgo se encontraba lejos de las acciones de batalla.
El monumento al El Pípila es un mirador turístico con vista al paraje de la ciudad; hace 214 años El Pípila trabaja en las minas de Guanajuato, y cuando llegaron las tropas insurgentes para atacar la Alhóndiga de Granaditas, el barretero fue clave en la primera batalla de la Guerra de Independencia.
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El historiador Carlos María Bustamante escribió en su libro Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana que el cura Miguel Hidalgo y Costilla pensó el plan para incendiar la puerta para y fue cuando vio al barretero que abrió la puerta de la Alhóndiga y entonces le preguntó: “¿Te atreves a prender fuego a la puerta de la alhóndiga?’ La empresa era arriesgada, pues era necesario poner el cuerpo a descubierto a una lluvia de balas”.
El padre Miguel Hidalgo y Costilla entró en Guanajuato la mañana del 28 de septiembre de 1810, bajó por la cuesta del Tecolote y las tropas insurgentes, armadas con machetes, lanzas y hondas, rodearon la Alhóndiga de Granaditas, después de medio día empezaron los primeros enfrentamientos entre españoles e insurgentes en un punto de defensa que se ubicó en la Hacienda de Dolores y el convento de Belén.
José Eduardo Vidaurri Aréchiga, cronista Municipal de Guanajuato afirmó que El Pípila sí existió y formó parte en las acciones de batalla en la toma de Alhóndiga de Granaditas, y tomó parte después de que cayeron las últimas defensas españolas que había situado el Intendente Juan Antonio de Riaño y Bárcena (que falleció el día de la batalla).
“Solo faltaba derribar, como fuera, la puerta que daba acceso al interior de la Alhóndiga. La tradición refiere que fue la heroica acción del barretero Juan José de los Reyes Martínez apodado “El Pípila”, quien se colocó una pesada loza en la espalda y, provisto de una antorcha y combustible, se aproximó hasta la puerta del castillo y le prendió fuego” escribió José Eduardo Vidaurri Aréchiga en el libro La ciudad de Guanajuato el 28 de septiembre de 1810