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En lengua indígena, Xóchitl Gálvez comparte con orgullo sus raíces desde León

Nadie entendió su saludo, pero Xóchitl no se dirigía ellos, se dirigía a los 13,828 indígenas que viven en Guanajuato, a los jornaleros y sus esposas que migran para trabajar

Escrito en GUANAJUATO el

León.- Una mujer de origen indígena busca la presidencia de México. Desde León, Xóchitl Gálvez habló en su lengua originaria Hñähñu. Nadie entendió el mensaje, pero no era para los que estaban presentes, eran para los miles de otomís que viven en México.

La comunidad Otomí habita en Querétaro, Puebla, Guanajuato, Veracruz, Tlaxcala, Estado de México, Michoacán e Hidalgo, siendo el último en el que Xóchitl nació. El papá de Xóchitl es un maestro indígena originario del pueblo Otomí, Valle de Mezquital, su mamá es una mujer mestiza con raíces otomíes. Los 2 enseñaron unas palabras a sus hijos y, con sus costumbres y lengua, les dejaron entender la importancia de la conservación de su lenguaje.

Como ella, que fue una niña otomí que se encontró con la dificultad de salir adelante y cumplir sus sueños debido a la falta de oportunidades para los pueblos originarios, hay miles en México. En Guanajuato se tuvo el registro de 5,319 otomíes, de acuerdo al Atlas de los Pueblos Indígenas de México elaborado por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y publicado en 2015.

En su evento de ayer Xóchitl, que es empresaria, estuvo acompañada de empresarias, pero el aspecto más importante de su identidad que es el indigenismo no quedó abandonado. En su encuentro con ciudadanos en León, mujeres indígenas peinadas con elaboradas trenzas y vestidos bordados se sentaron a escucharla con atención.

La senadora que busca ser la primera mujer presidenta de México indígena saludó a toda la gente como ella en la lengua Hñähñu, sonriente, y expresando su gusto por estar presente en Guanajuato.

Nadie le entendió, pero Xóchitl no se dirigía ellos, se dirigía a los 13,828 indígenas que viven en Guanajuato, a los jornaleros y sus esposas que migran para trabajar y los niños que perdieron su lengua materna porque sus padres no se las enseñaran para que no los discriminaran.

Y aunque el mensaje era para este sector, también se convirtió en un mensaje para los demás ciudadanos que diario conviven con personas indígenas y que raramente voltean a ver. Los pueblos indígenas existen y pueden aspirar a grandes cosas.