León.- Víctor Hugo Acosta Buendía falleció siendo policía municipal en Guanajuato capital, pero antes de ser elementos de seguridad, era un buen amigo y un padre amoroso. Al morir, dejó a 2 hijos sin padre y a una corporación sin un ejemplo a seguir.
Su vida acabó esta mañana en la zona de Marfil cerca del puente Piloto. Víctor Hugo se levantó temprano, se vistió y se alistó para irse a trabajar. El policía municipal de la capital del estado estaba subiéndose a su carro cuando unos maleantes se le acercaron en moto. Se detuvieron a su altura, sacaron un arma y le dispararon.
“Víctor fue una persona muy sencilla carismática responsable un buen amigo y compañero la verdad el no merecía esto”, describe un amigo suyo.
Más de un vecino reportó el hecho y de inmediato llegaron patrullas cargadas de policías y paramédicos. Ellos, junto con vecinos y familiares, llenaron la trágica escena en la que la entrada y salida quedó restringida incluso para los vecinos de la zona.
Las fuerzas de seguridad Implementaron un operativo de búsqueda en el área de Marfil sin resultados.
“Muy buen elemento policiaco, buen padre de familia y esposo era muy sociable alegre. La verdad se le extrañará mucho, todos lo conocíamos por “Simud”, recuerda sobre su personalidad.
Su familia y amigos están en duelo procesando el asesinato del padre de 2 hijos a quien también le decían de cariño “Simud”, pues antes trabajaba con los Bomberos Voluntarios Simub de Guanajuato capital resguardando sus oficinas.
Los sueños del policía Víctor Hugo
Víctor Hugo quería ser el mejor. Sus amigos dicen que no tenía ningún pasatiempo fuera de su trabajo porque su sueño en la vida era dar lo mejor de sí en las fuerzas de seguridad.
“Su pasatiempo siempre fue ser uno de los mejores en la corporación. L gustaba mucho su función, perteneció al grupo K9. Daba en 100 por ciento en el trabajo”, comentó.
Fueron 13 años los que estuvo al servicio de la ciudadanía.
PR