León.- Tenía 23 años cuando mató a Luis Donaldo Colosio. Ahora Mario Aburto tiene 52 años, presenta arrugas y vive en el penal de máxima seguridad, en Ocampo, Guanajuato.
El asesino de Colosio ha vivido 29 años de su vida en la cárcel, fecha que se cumplió este jueves, mientras que sólo vivió sus primeros 23 años en libertad.
Desde aquel magnicidio ocurrido el 23 de marzo de 1994 en el barrio Lomas Taurinas de Tijuana, Baja California, en que Mario Aburto fue detenido, ha pasado de penal en penal el cumplimiento de su pena, y todos esos años de internamiento también lo cambiaron a él físicamente.
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Mario Aburto Martínez, nació en Zamora, Michoacán, el 3 de octubre de 1970, y el paso del tiempo y sus condiciones de vida sin libertad le han dejado unas bolsas grandes y arrugadas debajo de los ojos.
Todo su rostro con un ceño fruncido es el reflejo del cansancio y fastidio por los tantos años de reclusión, aunque muy en el fondo mantiene viva la esperanza de algún día salir en libertad.
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Su cuerpo está también acorde con su rostro, pues ya no es recto, sino encorvado.
Si a ese cuerpo se le suman las torturas sufridas en su momento por parte de las autoridades carcelarias, como informó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) den 2021, para declararse culpable, hay razón para verlo ahora con esa vista y cuerpo cansados.
A 3 días de haber sido detenido y una vez confeso, Aburto fue ingresado al Penal del Altiplano, ubicado en el poblado de Santa Juana, en el municipio de Almoloya de Juárez. De ahí se inició su desfile por varios penales, hasta llegar a Guanajuato e 21 de octubre de 2021, donde denunció ate la CNDH la tortura a la que ha sido sometido desde aquel 23 de marzo de 1994.
Ese mismo año, la CNDH Informó: "Fue torturado desde su detención el 23 de marzo de 1994, al igual que algunos miembros de su familia, él de manera reiterada hasta años recientes; y que las autoridades lo sabían, como lo supieron en su momento los responsables de la investigación oficial y la propia Comisión Nacional, y a pesar de eso lo minimizaron y hasta desautorizaron con tal de sostener la versión oficial del ´asesino solitario´".
A 29 años de lo ocurrido, Mario Aburto asegura que es inocente del magnicidio que le obligaron a confesar a base de tortura y por el cual le dictaron en el 2004 una pena de 45 años de cárcel, por lo cual aún le quedan otros 16 años para purgar su condena, si le consideran los años de reclusión anteriores a dicha sentencia.
En defensa de Aburto
En octubre de 2021 la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación dirigida a la Fiscalía General de la República (FGR) por los supuestos actos de tortura, por lo cual pidió reabrir el caso. La FGR integró un equipo especial de investigadores, aunque hasta la fecha la Fiscalía no ha dado a conocer los resultados de este trabajo.
Por esta intervención de la CNDH, Mario Aburto fue cambiado del Cefereso de Huimangillo, Tabasco, al Cefereso de Ocampo, Guanajuato, donde hasta el momento continúa internado.
Y en marzo de este 2023, el juez Antonio González García otorgó un amparo en favor de Mario Aburto por las presuntas omisiones de la FGR al no investigar la tortura de la que habría sido objeto. Por ello, exhortó a que su nombre fuera inscrito en el Registro Nacional del Delito de Tortura.
Y lo más reciente del caso, es que el titular del Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en materia Penal de la Ciudad de México le concedió a Mario Aburto, el pasado 6 de marzo, la protección de la justicia federal para que la Fiscalía demuestre si son ciertos los hechos en los que el sentenciado asegura haber sido amenazado para que se declarara culpable del magnicidio.
Y mientras todo eso sucede, Mario Aburto, culpable o no de la muerte de Colosio, sigue su rutina de reclusión en el penal federal de Ocampo.