Celaya.- Humberto era un reconocido director de bandas de guerra; había estado a cargo de la del Cuerpo de Bomberos de Celaya, y encabezaba algunas escolares. Su oficio alterno era el de taxista, y su último pasaje lo llevó a la muerte: el destino era el club nocturno El Estadio, y llegó cuando se cometía un ataque armado en el lugar, en el que murió como víctima colateral.
Aficionado al ciclismo y a la música, Humberto es recordado con afecto y gratitud por los que compartieron con él los toques de clarín, trompeta y tambor. Últimamente, la banda a la que pertenecía es la de Dragones.
Él manejaba el taxi CE-0568, un Versa que era su herramienta de trabajo para llevar el alimento a su casa. La actividad con las bandas de guerra, reconfortante y enriquecedora del espíritu, no era como para hacerse rico y salir adelante económicamente, así que completaba con la ruleteada.
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Entre sus clientes tenía a una persona que trabajaba en el centro nocturno El Estadio, con servicio fijo a las 11 de la noche. Y precisamente estaba cumpliendo el servicio el pasado sábado 11 de marzo con esta persona cuando el establecimiento fue escenario de un ataque armado.
Humberto Salinas “Monín” bajó de su auto, lo dejó abierto y solamente quitó la llave, pensando en regresar de inmediato. Detrás de él entraron los sujetos que llegaron en dos camionetas y abrieron fuego.
Hoy, familiares y amigos del reconocido director de bandas de guerra lamentan su partida. Sus compañeros integrantes de las bandas interpretan el “toque de silencio”, notas solemnes para honrar a los compañeros caídos.
En su cuenta de Facebook, sus compañeros de las bandas han publicado recuerdos afectuosos y llenos de pesar por la pérdida del “Comandante Monín”.
cv