Guanajuato.- La gran mayoría de los trabajadores académicos que imparten clases en las instituciones de educación superior en México la conforman los profesores de asignatura o por hora y su sueldo y condiciones laborales son muy inferiores que las que los profesores de tiempo completo.
Al respecto, entre las universidades públicas y federales hay una desigualdad salarial como entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Guanajuato (UG).
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Tomando como base la muestra del estudio Precariedad laboral y desigualdad salarial entre profesores universitarios, que comprende 105,648 puestos de profesores en 38 universidades, se contemplan las remuneraciones en la docencia, investigación y administración.
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Hay diversas razones para que se supongan que estas funciones sean equivalentes en las universidades, sin embargo, pocas plazas existen de investigadores que dejan por completo fuera la realización de la docencia y la administración en la universidad, y los directivos superiores universitarios normalmente surgen de la docencia y de la investigación y que además mantienen sus ingresos que tuvieron como profesores e investigadores en el tiempo de su servicio académico.
Los salarios y sueldos netos reportados en los portales de las diversas universidades, los estímulos a nivel estado, compuestos de una serie heterogénea de complementos al salario, como son vales de despensa, bonos vacacionales y estímulos por productividad y la remuneración mensual es una estimación de las remuneraciones que reciben netas los académicos en dichas universidades.
Tomando en cuenta sólo el 1 por ciento más alto de empleados de dichas universidades, académicos y administrativos, hay una tendencia similar al promedio general, pero no lineal y es discernible que los ingresos en este estrato superior de los puestos académicos, la mayor parte que equivale al 62 por ciento de sus remuneraciones netas totales, vienen de los sistemas de estímulos y del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Estos promedios por institución de educación superior pueden ocultar tendencias presentes en universidades que tienen grandes cuerpos académicos, a mayor tamaño de la universidad, es mayor el grupo de élite del 1 por ciento y esto puede empujar el promedio hacia abajo.
Al observar los promedios de remuneraciones por género destaca que las personas identificadas de sexo femenino reciben una remuneración en promedio 5.81 por ciento neta menor que sus pares masculinos, también reciben 8.56 por ciento menos estímulos y 24.61 por ciento menos ingresos por el SNI, lo que da 8 por ciento menos en remuneración media total que sus contrapartes masculinas.
Esto comprueba una clara desigualdad basada en identificación de género y que los sistemas de estímulos benefician mayormente a los académicos masculinos en detrimento de las académicas.
Es el mencionado estudio la UNAM se ubica entre las instituciones más desiguales en 2020, encima de la media de la muestra (la cual toma el ingreso entre la totalidad de los académicos de las 35 instituciones analizadas), y está únicamente debajo de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Uno de los rasgos que es más predominante y duradero es la desigualdad en el ámbito del trabajo académico, es conocido que las universidades públicas mexicanas sufren, unas más que otras, de insuficiencia presupuestal y por esta causa es que se abren muy pocas nuevas plazas de profesores de tiempo completo, pero resaltar eso no es suficiente para determinar por qué en las instituciones de educación superior hay una gran diferencia entre los sueldos de los profesores de tiempo completo y los de asignatura.
CM