León-.Se entregan a su devoción, con recato, alzan la mirada hacia el atrio en donde está la Virgen de Guadalupe que observa a sus devotos desde el altar con las manos juntas y un mirada bondadosa, son momentos de silencio en los que los susurros de las plegarias de los leoneses se entremezclan con cantos gregorianos de una grabación, así se celebra el Día de los Inditos, en el Santuario de Guadalupe.
Un grupo de amigas preocupadas por el acontecer que se vive, llegaron de la colonia San Jerónimo. Acuden para dar gracias, para pedir por la ciudad, cada una trae consigo una pieza de pan con ajonjolí, con sus trenzas y rebozos, piden por los leoneses, por que haya paz, ofrecerán sus plegarias para que la violencia en León termine.
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La cita con la Virgen de Guadalupe tiene más de un siglo de festejos, se le visita cada 12 enero desde el siglo XIX, los leoneses a visitan a su patrona, también la de los mexicanos, de paso degustan un buñuelo o un taco de tripas acompañados de un atole o un café o un refresco, no sin antes haber visitado a la virgencita y haber hablado con ella, haberle pedido por la familia, la salud, para dar gracias por un año más de vida y bendiciones.
Las familias acuden con los niños vestidos de manta con sus pequeños huacales y comida a sus espaldas, las niñas con sus rebozos y sus trenzas, sus largos faldones; los padres quieren guardar el recuerdo de sus hijos para siempre en un fotografía, para en un tiempo decir: “este eras tú”, “este era yo”, “esta era yo”, “esta era mi padre… mi madre”. Los fotógrafos se disponen enmarcar a los niños en los burritos, las niñas en el tepetate de piedra, con la imagen de la Guadalupana y Juan Diego con su manto de rosas.
Y las fotografías se toman en un escenario con el cerro del gigante detrás, entre nopaleras y magueyes, niños o niñas sentados sobre un burrito, un caballo o una mula, sonríen mientras el fotógrafo enmarca el instante que perdurará en la memoria de la familia.
Los leoneses se dan un tiempo para platicar con la virgen, pues es su madre, su confidente y su santa patrona a quien le encomiendan su vida y sus seres amados, otros fieles solo se limitan a agradecer, en silencio la observan ¿Qué dirán sus miradas?
Jonathan Ricardo Ruíz enseña la tradición a sus dos pequeños, como lo hicieron sus padres con él, llegó de la Colonia Piletas vestido de manta al igual que sus hijos, por quienes pide a la Virgen morena, pues la concepción en el vientre de su madre fue complicada.
"Le agradezco que me los mandó bien, le agradezco cada año. Es una tradición que me inculcaron mis padres desde pequeño, mas que nada se me hace muy bonita y visitar a la virgen, agradecerle por la salud el trabajo y por la prosperidad que nos ha dado” dijo Jonathan para la Silla Rota.
Cada 12 de enero en la calle de Álvaro Obregón se le dedica un día al Santo San Juan Diego desde el año 1876 en el Santuario Santa María Guadalupe, el primer Obispo de la Diócesis de León, José María de Jesús Diez de Sollano y Dávalos dispuso el 12 de enero de 1876 fuera el “Día de los inditos”, desde aquel día es una tradición.