Guanajuato.- La Fiscalía General de Guanajuato lo señala como partícipe de las masacres recientes en Irapuato, Silao y Romita, y era buscado con la etiqueta de “objetivo prioritario generador de violencia”, con que la FGE distingue a criminales extremadamente sanguinarios.
Hoy, Ricardo N, alias “Tito” o “Coco”, está tras las rejas.
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Se le ubica como integrante del Cártel de Santa Rosa de Lima, y uno de los autores materiales de la muerte de 20 personas en el estado. Habría participado, de acuerdo con elementos de prueba en poder de la Fiscalía, en homicidios múltiple en Irapuato (13 de septiembre), así como en Silao y en Romita (17 de septiembre).
Dentro del cártel, Tito contaría con un rango operativo, más de recibir indicaciones que de tomar decisiones y mucho menos encabezar alguna célula del propio cártel. Sin embargo, cumplía a rajatabla las instrucciones de quien planeaba las tropelías.
Aumenta nivel de saña
Durante una entrevista en León, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo aseguró que, de acuerdo con reportes de inteligencia en poder de la autoridad estatal, el Cártel de Santa Rosa de Lima sufre una escisión entre grupos cuyos cabecillas pelean el puesto de liderzago que tenía Jose Antonio Yépez “el Marro”, lugar aún vacío luego de que el fundador del grupo fuera encarcelado.
Actualmente, Yépez cumple una condena de 60 años de cárcel, y los que quedan del grupo pelean por ver para quién es la sucesión.
Además del Marro, hay aproximadamente otros 900 integrantes del Cártel de Santa Rosa de Lima encerrados en la cárcel, ya sea sentenciados o bajo proceso.
Los que están en la pugna por el control de la delincuencia en la zona Laja-Bajío han tomado la escalada de violencia como estrategia para dominar.
Pero también la han aumentado contra su banda rival, el Cártel Jalisco Nueva Generación, a cuyos miembros han asesinado atrozmente, sin respetar a terceras personas, incluso a familias enteras.
Las masacres
La noche del fatídico martes 13 de septiembre Irapuato tuvo una jornada violenta, en la que murieron 9 hombres y 1 mujer, en tres colonias diferentes, todas en los alrededores de la Zona Militar.
Murieron cuatro personas en la colonia Carlos Salinas; dos en la Che Guevara, y cuatro más en la Apatzingán.
El patrón con el que se desarrollaros los hechos permitió a los investigadores de la Fiscalía estatal tener por cierto que había sido un mismo grupo el culpable de los crímenes.
Actos iguales se repitieron el 17 de septiembre, cuando fueron acribilladas 10 personas en los municipios de Silao y Romita.
Los mensajes dejados en cartulinas señalaban que los crímenes estaban firmados por el Cártel de Santa Rosa.
Por lo más delgado
Ricardo alias “el Coco” o “el Tito” fue el primero en caer tras las masacres. La Fiscalía tiene elementos para comprobar su culpa, y esas pruebas ya están en poder de un juez.
El sicario, de nivel tropa, obviamente solía andar armado de manera permanente. Fue por eso que, al momento de su captura, el criminal accionó su arma en contra de los agentes de investigación criminal, quienes tácticamente lograron su arresto. Se le aseguró, entre otras cosas, un arma de fuego de uso exclusivo del Ejército calibre 9 milímetros, cuyas balas afortunadamente no hicieron blanco en los ministeriales.
Se había dado con él mediante labores de inteligencia.
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A pesar de su poca monta, al “Tito” se le cataloga como “generador de violencia”.
Tras él, la Fiscalía cree poder tener elementos para posteriormente dar con sus cómplices. En este momento varias carpetas de investigación por el delito de homicidio, donde este criminal se encuentra vinculado se están integrando en la Fiscalía Especializada en Delitos de Alto Impacto.
CV