León.- Hace cinco años, un guerrillero prófugo de la justicia chilena conocido como comandante Emilio cayó en Guanajuato. Oculto en San Miguel de Allende secuestró a una mujer francoamericana, pero un tropiezo lo hizo caer en las manos de la justicia guanajuatense. En 2021, al ser sospechoso de otro crimen en Chile, regresó a su país, pero el juez allá estableció que deberá volver a Guanajuato a terminar su condena. Morirá en Guanajuato.
Nacido el 17 de octubre de 1963 en Santiago, Chile, un muchacho de nombre Raúl Julio Escobar Poblete, se integró al grupo armado chileno Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Eran extremistas izquierdistas con un objetivo: terminar con la dictadura militar del general Augusto Pinochet.
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Como medio para lograrlo le quitó la vida a coroneles y sargentos chilenos; hirió a un infante de la marina estadounidense durante un atentado a la embajada del país norteamericano; secuestró empresarios; y asesinó al senador Jaime Guzmán. Y fue este último crimen realizado en 1991 por el que fue condenado y que logró salir de Guanajuato, ¿pero cómo llegó a México?.
El escurridizo guerrillero logró librar cada captura hasta que en 2002 la Interpol lo logró localizar en la ciudad Santana do Livramento, Brasil y tras desaparecer llegó a México.
El error que lo hizo caer
Intentó rehacer su vida parcialmente en la ciudad de San Miguel de Allende. Mientras con una doble identidad construía su familia, también planeaba el secuestro de una ciudadana francoestadounidense llamada Nancy Michelle Kendall.
Aquí se llamaba Ramón Guevara, era un padre de familia aficionado al fútbol que pasaba tiempo con sus hijos y le gustaba el arte, según lo describieron personas que lo conocían al periodista Víctor Rivera.
Aquí tenía secuestrada a Nancy Michel. Le cortó un dedo y se lo envió a su esposo en un taxi, pero el conductor tuvo una corazonada y abrió el paquete. Sin saber que estaba a punto de delatar a uno de los hombres más buscados de Chile, reportó el descubrimiento y lo atraparon.
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Cuando cayó dijo que se llamaba Ramón Guevara, pero su cuento se acabó unos días después. Las huellas dactilares que le tomaron en el penal de Valle de Santiago, Guanajuato revelaron su verdadera identidad: el comandante Emilio.
En Guanajuato, en 2017, el juez le otorgó una pena de 60 años de cárcel, de los cuales cumplió solo cuatro años, pues en 2021 fue extraditado a Chile al ser presunto responsable de haber matado al senador y fundador del partido Unión Demócrata Independiente Jaime Guzmán.
El 29 de agosto el juez lo encontró culpable del delito de atentado terrorista. Le dio 18 años de cárcel que deberá cumplir el hombre de 58 años. Pero su pena sigue pendiente en Guanajuato, por lo que la autoridad en Chile estableció que, al terminar su condena, tendrá que regresar a México para cumplir su pena de 56 años pendientes. Cuando acabe tendría 133 años.
PR