Celaya.- Juan Carlos Gómez, de 39 años, es otro migrante celayense que recién falleció en el intento por llegar a lo Estados Unidos para buscar el sueño americano, porque en Celaya los grupos delictivos ya no lo dejaban trabajar y lo extorsionaban, por ello decidió cerrar su puesto de tacos en el barrio de San Antonio y buscar el sueño americano.
Él no iba en el tráiler donde se asfixiaron decenas de paisanos hace casi tres semanas en San Antonio. Él salió poco antes, el 5 de junio desde Querétaro con otra persona con rumbo a Piedras Negras, Coahuila. Sin embargo, al poco tiempo se perdió el contacto con sus familiares.
Al cruzar la frontera e intentar internarse en los Estados Unidos, Juan Carlos no resistió las extremas temperaturas sofocantes que hay en el desierto de Arizona. Caminó una buena distancia, pero no fue suficiente para salvarse. La falta de agua y la poca energía en su cuerpo hicieron mella hasta que ocurrió lo inevitable.
Tras su partida, en un principio no les preocupó a sus familiares la poca comunicación, pues les había advertido que iba a cruzar la frontera y caminar durante un periodo prolongado, pero con el paso de los días y al no tener noticias de él, llegó la angustia.
Para el 8 de junio sus familiares interpusieron un reporte de desaparición por teléfono en el consulado mexicano de Tucson, en donde les preguntaron por los datos generales de su familiar desaparecido.
Al día siguiente, desde el consulado mexicano llamaron a la familia para pedirles más datos, pues lo que buscaban era confirmar que tenían conocimiento de un cuerpo con las características que daba la familia. Sin embargo, les pidieron comunicarse dos a tres semanas después para los trámites de retorno del cuerpo.
Pero al paso de los días y no recibir más noticias, la familia acudió con autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores en San Luis Potosí, en donde les confirmaron que el cuerpo de Juan Carlos estaba en Carrizo Springs, Texas. Pidieron apoyo para poder trasladarse allá a identificar el cuerpo, y de nuevo les pidieron dos semanas de espera.
A más de un mes de su partida, aún no han podido viajar a identificar el cuerpo ni tienen más noticias sobre su posible regreso.
“Realmente estamos desesperados, ya que este proceso está siendo demasiado tardado y la comunicación por parte del consulado en Eagle Pass es casi nulo. Nosotros hicimos llegar una carta descriptiva de cómo era, cómo vestía, pero aún no tenemos respuesta si eso será suficiente para que nos entreguen el cuerpo.
“Desgraciadamente de no ser suficiente evidencia para ellos, nos comentan en Relaciones Exteriores que el último recurso es la prueba de ADN y que el cuerpo posiblemente nos sea entregado dentro de 6 meses o un año. No nos dan la oportunidad de identificarlo por fotografías o de manera física. Lo malo es que lo hallaron al poco tiempo de haber fallecido y poder identificarlo en persona se pudo haber realizado sin inconvenientes”, mencionó un familiar.
FH/KD