Dolores Hidalgo.- Además de ser un lugar de tradición e historia mexicana, el municipio de Dolores Hidalgo tiene una atracción contrastante con su reputación cultural. En la Cuna de la Independencia venden nieves de sabores extravagantes como pulpo, camarón, swkinkles, jacarandas y “lo que sea”, dice en una de las cartulinas fosforescentes de los puestos.
En el Centro Histórico la gente tiene las manos ocupadas, una la usan para cargar recuerditos o para tomar de la mano a sus parejas o niños, y la otra es para sostener su cono. Es una parada obligada en este municipio pasar a probar las famosas nieves de
Dolores.
Al menos una docena de puestos rodean la plaza principal. Es por el calor de la primavera, la gente se amontona para probar un poco de las delicias heladas. Los comerciantes, generosos, ya están preparados para la llegada de turistas.
“Pruebe una nieve señorita, ¿de qué quiere?, tenemos de garambullo, camarón con pulpo, cajeta, ¿qué le doy?” insiste una mujer en un puesto que ya tiene todas sus manos ocupadas atendiendo al menos 5 clientes.
Con generosidad, y sin que el visitante lo pida, entregan una prueba de nieve. Antes de que el cliente potencial se lo acabe, o decida ir a probarla a otro lugar, le entregan otra. De repente ya no le alcanzan los dedos de la mano para sostener las 7 pruebas de nieve que le dan.
“Yo con esto ya me llené” dice un muchacho después de probar sabores como vino tinto, lavanda, aguacate con queso, xoconostle y mazapán. Aunque algunos se retiran del lugar, muchos otros se quedan, asegurando una venta más del día. Una nieve por 40 pesos.
Esta oferta gastronómica es ahora la competencia directa del atractivo más valioso para el municipio: la historia del nacimiento de la independencia de México.
PR