León.- ¿Es usted adulto mayor o tiene alguno en su familia? Hay que estar alertas, pues una mujer se ha dedicado a estafar a los beneficiarios del programa federal de apoyos a la tercera edad, desfalcando a decenas de personas. Por ahora, ya la tienen boletinada en la Secretaría del Bienestar, y su foto está en las oficinas de esa dependencia en León, advirtiendo de no caer en sus engaños.
El caso más reciente ocurrió a una pareja de la colonia León II. Los afectados son dos esposos quienes narraron a La Silla Rota Guanajuato la forma en que cayeron, dejándose engañar por la mujer que, con mucha labia, los fue envolviendo para robarles su dinero.
El modo en que actúa la mujer es el siguiente: primero detecta en qué casa viven personas mayores, y si es que viven solos o con otras personas; si es esto último, espera a que los ancianos se queden solos.
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Luego, llega presentándose como representante de la Secretaría del Bienestar. Ofrece traer las nuevas tarjetas de débito en las que les será depositado su apoyo mensual, y trae papelería con una serie de datos que los “beneficiarios” deben aportar.
Les pide copias de sus credenciales del INE, comprobantes de domicilio y, por último, la tarjeta bancaria en la que actualmente les es depositado el apoyo federal mensual.
Después les ofrece un “beneficio extra”: les será entregado, por cortesía del gobierno federal, un calentador solar para que ahorren en gas. Ese lo tendrán que ir a recoger al día siguiente en la subdelegación del Bienestar, en la calle Aquiles Serdán, frente al instituto Mayllén.
Y ya por último, una vez que se ha ganado la confianza de las personas, se ofrece gentilmente a acompañarlos al cajero automático. Les inventa que hay que confirmar que los recursos ya no les serán depositados en sus tarjetas bancarias habituales, sino en el nuevo plástico que va a entregarles.
La mujer se hace llamar María Esther Villegas López. Casualmente, como una de las calles de León II. “Sí, es que era mi pariente”, afirma. El teléfono de la estafadora es el 477 2252598.
Cuando están en el cajero, la mujer digita erróneamente el NIP que los afectados le dieron, para que la tarjeta sea retenida. Ya para eso, en el lugar está un cómplice que logra recuperarla, pero se la apropia, y entonces las víctimas son dejadas a su suerte.
Ya después les llegarán, a su celular, mensajes amenazadores para que “ni se les ocurra” ir a denunciar.
En las oficinas del Bienestar, de acuerdo con los afectados que fueron a reportar el hecho, la respesta fue “Uno más”. Ahí tienen fotos de la mujer que los engañó y de quien la dependencia federal se desentiende, pero que no ha llevado a cabo una campaña de prevención.
CV