San Francisco del Rincón.- Michael Kors, Caterpillar, Levis, Converse, y por supuesto Air Jordan, Adidas y Puma, son fabricados en San Francisco del Rincón. La vocación sombrerera, tradición que identificaba a la industria local, fue desplazada hace décadas por la manufactura de calzado deportivo.
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Surgieron empresas exitosas y de alta calidad: Concord, Chinitas, Eescord, Pirma Brasil, Stars...
Sin embargo, muchos fabricantes cedieron ante el deslumbramiento de colgarse de marcas globales y de ventas garantizadas: surgió la piratería, al tiempo que los empresarios dieron su brazo a torcer ante las importaciones chinas.
Ya no solo traían materiales del país asiático, sino piezas casi fabricadas por completo: los cortes ya hechos, solamente para pegar a la suela aquí en San Pancho. Y no los traían ya todos armados, por la sencilla razón de que los aranceles al calzado oriental se dispararon al 1,115 %. Sí: en las aduanas había que pagar en impuestos más de 10 veces el precio de un par de zapatos, para poder comercializarlos en el país. De ese tamañito era la calidad del tenis chino.
Y aunque las firmas consolidadas locales ofrecen una calidad bastante competitiva, con diseños muy similares a los desarrollados por las grandes empresas mundiales, muchas veces lo que la gente busca es la marca.
Y “buscar la marca” no significa necesariamente que quieran traer productos de calidad. Con la palomita, las tres franjas, la estrella de Chuck Taylor, la interrogación de Guess, la MK, eso les basta.
Esto es lo que dice Miguel, comerciante de calzado “clon”, como prefiere decirle al producto apócrifo. “La calidad la tenemos, o sea que el producto cumple para lo que es, y pues la gente quiere andar a la moda, con las marcas de prestigio. Imagínate, ven en la tele a sus estrellas con marcas Louis Vuitton, Louboutin, y eso quieren, pues se lo damos”.
Los materiales que emplean los fabricantes que atienden esta demanda son provistos por distribuidores que saben lo que está en la moda. Hebillas, herrajes, suelas, cortes, todo está disponible, claro, con los logotipos deseados por la gente.
Corren el riesgo
Quienes fabrican o comercializan estos productos están expuestos a la acción de la justicia. Violan deliberadamente los artículos 213 y 223 de la Ley de Propiedad Intelectual, y las leyes mexicanas lo penan con multa y cárcel, independientemente de que el fabricante original exija la reparación y el pago de daños y perjuicios.
Aun así, mientras haya demanda habrá oferta. Una copia de zapatillas deportiva Puma cuesta 150 pesos comprando el “medio mayoreo”, y de una docena para arriba pueden conseguirse hasta en 130 pesos las réplicas de piezas que originales cuestan 2,000 o más.
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Y aunque tiene razón el dicho “el que compra barato compra a cada rato”, el cliente andará contento una semana con sus tenis nuevos.
El comerciante Miguel, quien vende en el mercado de San Pancho, asegura que hasta ahora no ha habido quejas: “Están bien hechos, si te salen mal los puedes traer al día siguiente y te los cambio”.
CV