Guanajuato.- Hoy hace 116 años, el 1° de julio de 1905, la ciudad de Guanajuato fue azotada por una de las más graves inundaciones. La naturaleza salvaje se llevó la vida de 50 personas y 2 millones de pesos en daños materiales.
En la ciudad capital las inundaciones ya eran algo común. La ciudad ya había sufrido 15 pero ninguna como la de 1905 que afectó 4 kilómetros, desde la Presa de la Olla hasta el Cantador. El agua pluvial iba generando más afectaciones conforme las horas pasaban.
La tormenta comenzó con las afectaciones normales como inundar las calles, llevar basura en la corriente de agua, hasta que escaló a derribar árboles, vigas, hogares, barrios, colonias y cobrar vidas.
El agua iba entrando por debajo de las puertas y desde el techo. Por adentro, la inundación en la casa tiró puertas y “escupió” a familias que nadaban intentando sobrevivir. Los escalones en los callejones de Guanajuato desaparecieron debajo del agua convirtiendo los pasajes en cascadas, como aún suele suceder. En cuestión de pocas horas la Presa de la Olla ya estaba desbordada.
A la fecha, aún hay dudas del número exacto de pérdidas, tanto humanas como monetarias. Aunque los registros oficiales mencionan 50 víctimas y 2 millones de pesos en infraestructura dañada, información extraoficial señala que pudo haber sido más.
De acuerdo a distintos historiadores, las lluvias ocasionaron esta catástrofe gracias a la minería. Para construir minas es necesario excavar, Guanajuato es una ciudad minera repleta de ellas.
En su libro, Joaquín G. y González relata que localidades mineras como San Luis Potosí, Zacatecas y Taxco también eran víctimas de inundaciones devastadoras. Al haber tantas excavaciones, los terrenos se convirtieron en barrancos por los que terminó deslizándose el agua hasta la ciudad.
Fotografías tomadas del libro "La inundación de Guanajuato" de Joaquín G. y González.
PR