León.- Itzel, de 21 años, dice que lo “chido” del Malecolor es que le den la oportunidad de grafitear a más mujeres. Ella y Sara, de 25 años, pintaron máscaras prehispánicas que se ven desde arriba si la gente le echa un ojo al Malecón del Río.
Juntas, ahora parte del crew de 191 artistas callejeros que le dieron color a este arrinconado espacio, que cumple su cuarta edición bajo el nombre de Malecolor. Más de 3 mil metros fueron pintados con la temática de ‘México Prehispánico’, cuenta Rodrigo Camarena, de 39 años, director de la Academia de Juventudes.
Debajo de los bulevares suenan los aerosoles y huele a pintura. Es porque hay estudiantes, ilustradores, tatuadores, y grafiteros dejando su firma en las paredes. Muchos de ellos llevan años dedicándose al arte urbano, como Fabián Buendia, quien prefiere que le digan ‘Crook’, un chico de 37 años que cumple su cuarta participación en el Malecolor.
“Llevo alrededor de 23 años dedicándome al arte urbano, ya de lleno llevo unos cuatro años (…) me encanta todo esto, también hago tatuajes. Soy del Estado de México, pero llevo 20 años viviendo en León, soy más de aquí que de allá”, relata Crook riéndose.
Mario, otro de los artistas define el graffiti con una sola palabra: libertad. Su amigo Arath dice que el graffiti es amor. Mientras que Jhard lo describe como una actividad divertida.
A unos metros de estos chicos está Sara, quien ya participó el año pasado e invitó a su amiga Itzel a colaborar para crear las máscaras prehispánicas en una de las paredes, obra que les llevó una semana de trabajo.
“Es bueno seguir haciendo cosas nuevas, propuestas, aprovechamos toda la temática para hacer algo atractivo. Lo hicimos en ratitos (el mural), en una semana. El hecho de aportar todo lo que se siente y se piensa es lo más importante”.
El director de la Academia de Juventudes, quien está a cargo de la organización, dice que el objetivo es garantizar la economía creativa, como le llaman al hecho de ganar dinero por lo que hacen.
“Ya está tan posicionado Malecolor que esta es su cuarta edición, cada año lo espera la comunidad artística porque es una ventana para trascender. Todas las obras que se hacen, para ellos es un activo económico (…) ellos buscan estos espacios para que los reconozcan y que puedan vivir de lo que hacen”, dice Rodrigo.
Cada año los participantes cambian, algunos cuentan su experiencia de boca en boca hasta llegar a otros artistas que finalmente se motivan para participar y se acercan al Instituto Municipal de la Juventud. Esta vez 47 crews — 10 foráneos y 37 locales — dieron brochazos y dieron pinceladas a un México Prehispánico.
El 12 de diciembre estos artistas terminaron de representar al inframundo, los guerreros y dioses aztecas, y hasta Tláloc. Desde las alturas se ven las paredes coloridas y los escenarios favoritos para tomarse una selfie o grabar un video.
KD