Una mancha verde olivo, destaca en medio de una multitud guinda. Firme y erguido, ahí está el sargento Velázquez, elemento de la Guardia Nacional, parado en primera fila en el mitin de Claudia Sheimbaum -en San Francisco del Rincón-, sin hacer gestos, ni mostrar sentimientos, como buen militar del Ejército Mexicano. Un soldado, frío y sin corazón, en medio de un mitin de Morena, junto al hombre de gorra de AMLO. Ahí está Velázquez, junto a la señora de playera de Claudia Sheinbaum que grita: “¡Presidenta!, Presidenta!”.
¿Qué hace un sargento adentro de un mitin de campaña?
“Cumplo con mi deber. Doy seguridad”, dice, sin mostrar sentimientos.
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El pueblo aplaude y el sargento Velázquez no se mueve.
La gente grita y el sargento sigue inmóvil.
La multidad aplaude y él se mantiene firme, tapándose el agobiante sol de las 5 de la tarde -30 grados-, con la gorra camuflada de la Guardia Nacional.
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¿Por qué no aplaude sargento?
“Yo no estoy en campaña. Estoy por la seguridad”, afirma.
Decenas de soldados blindan hoy San Francisco del Rincón, un pueblo golpeado por la violencia en los últimos años. Al menos 20 camionetas del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional (más de 100 soldados), toman las calles de San Pancho. Un soldado con cámara adaptada en el casco, protege la parte posterior del templete mientras Claudia Sheinbaum da su mensaje. Unos cinco o seis militares, en formación lineal, resguardan el acceso principal al mitin. Un soldado del Ejército Mexicano, con el dedo pegado al gatillo de una metralleta, a bordo de una tanqueta blindada, vigila desde una esquina.
¿Hay temor en San Pancho?
“No. Es solo seguridad”, responde un comandante que dirige a un pelotón de soldados. “No hay gran riesgo, pero debemos estar alertas”, platica el militar. “El riesgo en San Pancho es del 50 por ciento, en Celaya es del 70 por ciento. Mañana vamos a Celaya”, comenta. El militar explica que en este mitin hay muchos soldados, comisionados en la Guardia Nacional, porque están protegiendo a los candidatos. Cada candidato a presidente municipal trae una camioneta de la Guardia Nacional.
Las calles de San Pancho hoy lucen bloqueadas. Dos militares están afuera de la tienda de ropa deportiva Pirma en el centro de la ciudad. Tres camionetas de la Guardia Nacional bloquean la calle principal. En cada calle hay una patrulla o tanqueta. En cada esquina, un militar. Muy cerca de Claudia Sheinbaum están varios hombres vestidos de civil, con cangureras negras, y no permiten el acercamiento repentino de las personas con la candidata. La Ayudantía de la candidata construye un cerco amistoso en torno a ella. “Hasta aquí”, le dicen a la gente que trata de acercarse demasiado.
La Guardia Nacional está metida en campaña, sin planearlo.
Desde que Gisela Gaytán, la candidata de Morena a la Presidencia Municipal de Celaya, fue asesinada en San Miguel Octopan, el 2 de abril, la Guardia Nacional se metió a cuidar a todos los candidatos. Más de 200 candidatos tienen vigilancia en Guanajuato por parte de la Guardia Nacional, casi todos ellos del Movimiento de Regeneración Nacional. De pronto la Guardia Nacional anda en campaña. Recorre comunidades junto a las comitivas electorales. Asiste a mítines en los pueblos. Hace marchas por las calles peligrosas, a un lado de los aspirantes. Acompañan a los candidatos a su casa, a la casa de campaña, a comer, al baño, a todas partes. Los soldados del Ejército Mexicano, se han metido a campaña como nunca en la historia.
Lo extraño es que solo cuidan a los candidatos de Morena. La Guardia Nacional solo está asignada a los candidatos a presidentes municipales, diputados locales y diputados federales de Morena. Ningún candidato del PAN tienen Guardia Nacional.
Los candidatos del PAN, en cambio, tienen custodia de la policía estatal. La Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE) cuidan a 174 candidatos del PAN y del PRI.
Estas son las elecciones más vigiladas de la historia, sobretodo con presencia activa del Ejército Mexicano.
Esta semana la presencia militar en campaña llamó poderosamente la atención. Un convoy de Guardia Nacional fue grabado apoyando a militantes que colgaban mantas de Claudia Sheinbaum en las calles de León. Los soldados no colgaban mantas, pero sí eran parte del contingente nocturno en las colonias que pegaba la propaganda electoral.
¿La Guardia Nacional es de Morena?, se le pregunta a un soldado en pleno mitin.
“Claro que no, señor. La Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, no tenemos partido político, no tenemos preferencia política”, dice el soldado que vigila el mitin, en San Pancho. “Nosotros protegemos a México, sin importar quién sea el Presidente o el Gobierno. Nosotros protegemos a la Patria”, afirma el soldado.
Sin pedirlo, la Guardia Nacional de pronto está metida en los actos proselitistas en Guanajuato, adentro de los mítines, no afuera, en medio de las consignas y los gritos de los simpatizantes, rodeados de banderas y playeras guindas. Y los agentes parecen no estar incómodos con esa circunstancia.
¿Usted por quién va a votar?, pregunta un Guardia Nacional a una jovencita que camina entre la gente, en el evento masivo.
“Por el PAN”, responde la joven de San Pancho, ante una mueca de desagrado del militar. El soldado, frío y calculador, con la mente programada para acatar órdenes, no aprueba, según parece, que alguien vote por el PAN.