En el corazón del Bajío mexicano, el municipio de Jaral del Progreso, Guanajuato, se ha consolidado como la cuna del tradicional rollo de guayaba, un dulce que ha trascendido fronteras y deleitado paladares a lo largo de décadas. Este manjar, elaborado artesanalmente, es símbolo de la identidad y cultura jaralense.
La producción del rollo de guayaba en Jaral del Progreso se remonta a finales de la década de 1970. Según registros históricos, fue alrededor de 1978 cuando las familias locales comenzaron a elaborar este dulce, combinando la pulpa de guayaba con rellenos como cajeta y nueces, creando una mezcla única de sabores y texturas.
El proceso de elaboración es meticuloso y requiere la colaboración de cinco a seis personas. Primero, se seleccionan las mejores guayabas, que son lavadas y cocidas hasta obtener una pulpa suave. Esta se extiende sobre una superficie espolvoreada con azúcar, se añade el relleno deseado y finalmente se enrolla y corta para su empaque y distribución.
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Actualmente, Jaral del Progreso cuenta con más de 70 productores de dulces artesanales, siendo el rollo de guayaba el más emblemático. Entre ellos destaca la familia Ortega, con más de 50 años en la producción de este dulce. Don Luis Ortega Maciel, uno de los productores más reconocidos, señala que su negocio familiar produce entre 300 y 400 kilos de rollo de guayaba al día, lo que equivale a aproximadamente 1,000 a 1,200 rollos diarios.
Esta producción no solo abastece al mercado local, sino que también se distribuye a estados como Jalisco, Michoacán, Zacatecas y la Ciudad de México. Incluso, migrantes jaralenses llevan este dulce a Estados Unidos, compartiendo un pedacito de su tierra con comunidades en el extranjero.
Sin embargo, la producción del rollo de guayaba no está exenta de desafíos. El aumento en los costos de insumos como la guayaba, el azúcar y el papel para envolver ha obligado a los productores a incrementar los precios. Por ejemplo, el kilo de rollo de guayaba pasó de 42 a 57 pesos en los últimos años. A pesar de ello, la demanda se mantiene constante, reflejando la apreciación del público por este dulce tradicional.
Para promover y preservar esta tradición, en mayo de 2024 se llevó a cabo el primer Festival del Dulce Tradicional en Jaral del Progreso. Este evento reunió a fabricantes de dulces regionales, artesanos y expositores locales, ofreciendo una plataforma para dar a conocer la riqueza gastronómica del municipio.
El rollo de guayaba de Jaral del Progreso no es solo un dulce; es una manifestación de la cultura y tradición de un pueblo que, a través de generaciones, ha mantenido viva una receta que endulza la vida de quienes lo prueban. A pesar de los retos económicos y logísticos, los productores locales continúan dedicándose con pasión a la elaboración de este manjar, asegurando que su legado perdure en el tiempo.
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