La Secundaria Matutina del Instituto América celebró el Día de Muertos con una emotiva y colorida ceremonia, llena de música, poesía, danza y una gran variedad de personajes que rindieron homenaje a esta tradición ancestral. Con la directora del instituto, María Magdalena Ruiz Garnica, y bajo la conducción de la profesora María del Rocío González, el evento se convirtió en un espacio donde se fusionaron cultura, arte y una reflexión sobre la vida y la muerte.
La ceremonia abrió con las palabras de bienvenida de la profesora González, quien citó al grabador José Guadalupe Posada: "La muerte es democrática, ya que, al fin, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calaverita". Con esta frase, la docente recordó el significado de la Catrina, símbolo que invitó a ver la muerte como parte de la vida, siempre con respeto y humor, manteniendo viva nuestra identidad cultural.
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El primer número de la noche fue la interpretación de "Recuérdame", a cargo del taller de ensamble musical de secundaria y el coro de primaria, bajo la dirección del maestro Jorge Moreno. La canción evocó la importancia de recordar y celebrar a aquellos que, aunque ya no están físicamente, siguen presentes en los corazones de los asistentes.
La presentación de catrines y catrinas, alumnos de primero, segundo y tercer año, añadió un toque especial a la ceremonia. Con vestimentas tradicionales y maquillajes inspirados en la obra de Posada y en figuras icónicas mexicanas, los estudiantes encarnaron a personajes como Pedro Infante, Cantinflas, María Félix, Diego Rivera y El Chavo del Ocho, recordando que ante la muerte todos somos iguales.
La poesía también ocupó un lugar destacado en el evento. Ximena Ayala Jong recitó "Espero la Muerte", un poema que explora la muerte con melancolía y aceptación. La interpretación de Elisa Hernández Godínez con "El pájaro" cautivó a la audiencia, utilizando la figura del pájaro como símbolo de libertad y trascendencia. Mateo González Reyes declamó "¿Quién muere?", de Pablo Neruda, abordando la muerte como una metáfora de la vida sin pasión, un llamado a vivir intensamente.
En la sección de danza, los estudiantes del taller, bajo la dirección del maestro Gabo, presentaron "ÁLALE", una danza tradicional de Oaxaca que forma parte de las festividades del Día de Muertos. Esta coreografía, llena de alegría y respeto, honró a quienes partieron, mientras los movimientos recordaban el tributo que nuestra cultura rinde a los difuntos.
Uno de los momentos más emotivos fue la interpretación coral de la poesía "No me dejes morir" a cargo de Mariann Camilla Cabrera, Adanya Fernanda Barba García y Vanessa Leticia Flores Grimaldo, quienes expresaron la importancia de mantener vivos los recuerdos y enseñanzas de nuestros seres queridos. Por otro lado, José Miguel Zamarripa Galván compartió la leyenda de "La flor de Cempaxúchitl", resaltando el papel de esta flor en las ofrendas y su simbolismo como guía para las almas de los difuntos.
La narrativa también tuvo su espacio con la representación de "El árbol del vampiro", un cuento del autor mexicano Joaquín María Machado de Assis, en una adaptación interpretada por Rodrigo Rico Godínez, Sebastián García Bravo, Miguel Ángel López Sierra, Jessica Cadena Torres, Bayron de Jesús Hernández Hurtado y Leonardo Ortiz Yáñez. Inspirado en la famosa leyenda del Panteón de Belén en Guadalajara, este cuento gótico narró la historia de un vampiro que acecha a sus víctimas desde un árbol, dejando a la audiencia con escalofríos.
El cierre de la ceremonia estuvo marcado por la adaptación de "El corazón delator" de Edgar Allan Poe, interpretada por Emilio Adrián Moreno, Axel Jesús Ponce, Daniel Esaú Ceballos, Jorge André González, Santiago Sánchez y Paula Flores, estudiantes del bachillerato del Instituto América bajo la dirección de la maestra Lupita González. La historia, un clásico de terror psicológico, ofreció una reflexión sobre la culpa y la naturaleza humana, adaptada para un público joven.
El evento concluyó con un agradecimiento especial a todos los participantes, incluidos los padres de familia y la maestra Anna Luna Castillo, quien apoyó en la organización literaria. Con este acto, la Secundaria Matutina del Instituto América reafirmó su compromiso de preservar y celebrar las tradiciones mexicanas, honrando a los difuntos y celebrando la vida en un ciclo eterno.
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