Cortazar.- En la mañana del 27 de septiembre de 2021, los trabajadores del Panteón Nuevo, en Cortazar, comenzaban su recorrido de limpieza y mantenimiento del cementerio cuando descubrieron que una tumba reciente había sido abierta. La víspera había sido enterrada una mujer de 70 años, y surgieron muchas especulaciones sobre el objetivo de los profanadores.
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El hecho asombró, primero, a los trabajadores del camposanto. Luego al administrador y a autoridades municipales. Casi de inmediato se reportó a la policía, y ya para el mediodía el caso era del conocimiento de la población en general.
El día anterior, domingo por la tarde, un reducido cortejo fúnebre había acompañado los restos de la señora al Panteón Nuevo, que se ubica en el centro de la ciudad, sobre la calle Lágrimas, nombrada así a propósito de ese lugar, esquina con Francisco I. Madero.
Las palabras del sacerdote que encabezó el sepelio fueron breves, recordando las buenas acciones de la mujer a lo largo de sus siete décadas de existencia, y confortando a los dolientes con las promesas católicas de vida eterna y resurrección. La mujer se había despedido de este mundo, como suele decirse, “confortada con todos los auxilios espirituales”.
¿Venganza, rapiña, perversión?
En las sombras de la noche, el ataúd había sido sacado de la tumba con relativa facilidad, pues la tierra estaba todavía floja. El cuerpo fue encontrado fuera de la caja, desnudo.
Los familiares de la fallecida fueron notificados y se les cuestionó si había sido sepultada con algunas alhajas u objetos de valor. La respuesta fue que con un anillo simple y unos aretes pequeños, nada como para que el móvil de la profanación fuera el robo.
Y por la edad y la tranquilidad con que había vivido sus últimos años, se desestimó que pudiera haberse tratado de alguna venganza. El hecho de haberla encontrado sin ropa hizo sospechar de práctica necrófila, pero se hizo un estudio de laboratorio y resultó negativo.
El delito no fue esclarecido, y los autores de la exhumación ilegal quedaron impunes. Lo que queda en la memoria de los cortazarenses es aquel hecho que perturbó a la comunidad hace un año.
CV