Este fin de semana, Alejandra Guzmán, la icónica cantante mexicana, se encontró en el ojo del huracán mediático al ser interceptada por la prensa en el aeropuerto de la Ciudad de México. La razón de la inusitada atención de los medios fue la demanda legal que enfrenta su hermano, Luis Enrique, contra su expareja, Mayela Laguna, buscando la nulidad de paternidad de Apolo, el hijo que comparten. Ante las incisivas preguntas de los reporteros, Alejandra no dudó en tomar medidas drásticas, arrebatando la cámara a uno de ellos y lanzándola al suelo, argumentando que solo respondería cuando se le hablara con respeto.
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La "Reina del Rock" retornó a México para cumplir con varios compromisos laborales, pero su llegada se vio empañada por el acoso mediático. Aunque intentó eludir a la prensa, los reporteros se empeñaron en abordar a Alejandra y a su equipo, especialmente para obtener su opinión sobre la demanda presentada por su hermano. Esta situación no solo es relevante por las implicaciones legales, sino también porque el juez la ha citado para rendir testimonio, siendo la madrina de Apolo y, por ende, testigo presencial de la relación entre padre e hijo.
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Eduardo Miztu, reportero de "Chisme no like" no dudó en cuestionar a la cantante sobre la orden del juez para presentarse como testigo en la próxima audiencia. La respuesta de Alejandra no se hizo esperar: arrebató el celular con el que Miztu grababa y lo lanzó al suelo, desatando la indignación del reportero. A pesar de la insistencia de otros medios, la artista se negó a responder más preguntas, dejando en claro que solo hablaría si se le dirigían con respeto.
Un diálogo tenso y una defensa contundente
La situación se tornó tensa cuando el reportero afectado le señaló que había destruido material de trabajo del programa de espectáculos. La respuesta de Guzmán fue contundente: "Me vale m*dre." Ante la propuesta de borrar los videos del incidente para evitar su difusión, Alejandra reiteró su postura, indicando que solo respondería si se le tratara con respeto.
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Aunque la polémica rodea su reacción, Alejandra Guzmán no se retracta. En un momento posterior, cuando algunos medios le sugirieron borrar las evidencias, la cantante defendió su comportamiento, enfatizando que solo responderá cuando se le trate con respeto y exigiendo el mismo trato a cambio.
El incidente en el aeropuerto de la Ciudad de México deja a Alejandra Guzmán en el centro de la polémica, entre críticas y apoyos. Su reacción ante las incómodas preguntas de los reporteros ha generado debate sobre la línea entre la privacidad y la responsabilidad pública de las figuras mediáticas. Mientras algunos defienden su derecho a la privacidad, otros cuestionan la agresividad de su actuar. El desenlace de este episodio solo añade un nuevo capítulo a la vida tumultuosa de "La Guzmán", quien, una vez más, demuestra que no teme enfrentarse a la controversia mediática.